miércoles, 29 de abril de 2009

¡Que paren la Tierra, que yo me bajo!

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Al paso que vamos no quedará ni madre patria ni madre tierra. Quizás pura madre… vacío, abismo, caos, otra vez el principio o antes del principio: nada. Porque, como dijo Jacques Yves Cousteau, probablemente se ha hecho más daño a la Tierra en el siglo XX –y actualmente también- que en toda la historia anterior de la humanidad.
Sí, la patria no es la tierra; sin embargo, los hombres que la tierra nutre son la patria, sostuvo Rabindranath Tagore. Entonces, ¿qué carajos estamos haciendo con dañarnos a nosotros mismos y al lugar donde vivimos? Insultamos a la tierra y aun así nos ofrece flores como respuesta. (Otra vez Tagore). Desconsiderados que somos, malagradecidos, desalmados, crueles, engendros… No tenemos madre, realmente. Oscar Wilde escribió: “La tierra es un teatro, pero tiene un reparto deplorable”.
Aquel popular dicho que reza que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, bien se enlaza con las palabras de James Russell Lowell: “Los humanos no saben lo que poseen en la Tierra. Será porque la mayoría no ha tenido ocasión de abandonarla y regresar después a ella”.
Al paso que vamos, estamos a punto de gritar: “¡Que paren la Tierra, que yo me bajo!” Pero no, ¿adónde carajos iríamos? ¿A Marte? ¿O a otro planeta cualquiera? En todo caso, ¿cómo sabemos si la Tierra no es más que el infierno de otro planeta?
Yo prefiero quedarme aquí, en este planeta que es inapropiado llamar Tierra, cuando es evidente que debería llamarse Océano, dijera Arthur C. Clarke. Llámese como se llame, un granito de arena que pongamos todos, al menos haríamos algo por nuestra Madre Tierra y, en consecuencia, por nuestra Madre Patria y, en consecuencia, pa’ no partirnos la madre nosotros mismos.
Aunque, siendo sincero, y ya que científicos están descubriendo exoplanetas –así llamados por ser exteriores a nuestro sistema solar-, opto por irme a vivir en algún “sexoplaneta” o “erosplaneta” (“si alguien sabe de él, le ruego información…”). Algo que creo es factible aquí, en nuestra bella Tierra. ¿O no? Así que “Amaos los unos encima de los otros” y cuidemos a nuestra amada Tierra.

De cinismo y anexas

* Declaración de Veracruz: “Estamos ante una crisis del agua, clara y manifiesta expresión de las inequitativas e injustas relaciones humanas y su interacción con su medio natural. Esta situación se ve reflejada en vacíos de gobernabilidad vinculados a los desafíos sociales, económicos, políticos y ambientales que conlleva una gestión integrada de este elemento: hace falta conciencia de la sociedad y voluntad política”. (II Encuentro de Escritores por la Tierra, Xalapa, México, Marzo 2009. Universidad Veracruzana). No pos sí, pero esto pasa en todo… Estamos ante una crisis terrenal. Bueno, eso que llaman crisis global. Pal caso es igual.
* Y no contentos con lo anterior, ahora resulta que la obesidad amenaza el medio ambiente, pos a según un estudio de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, las personas con sobrepeso y obesas comen más que las delgadas y son más propensas a viajar en automóvil, lo que convierte a los kilos de más en una doble amenaza para el medio ambiente. (El Universal/21 de abril/2009). Entonces tendríamos que parafrasear la letra de aquella canción que dice: “Que se mueran los feos, que se mueran toditos, toditos los feos…” por “Que se mueran los obesos, que se mueran toditos, toditos los obesos”. No; pos así yo no juego.

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