domingo, 9 de agosto de 2009

Elección de morbo o vender tamales

Salvador Muñoz
Los Políticos

A lo largo de mi vida he realizado diversos oficios: Lechero, barman, alguna vez mesero, aunque siendo sincero, con la que más me divertía era vendiendo tamales.
Fue circunstancial mi incursión como comerciante pues un amigo, Gonzalo, me pidió que lo acompañara a vender en el atrio de la parroquia de El Calvario, en céntrica calle de Xalapa.
Pues bien, cerca de las once de la mañana nos apostamos con nuestra tamalera y nos sentamos. La gente empezó a salir y esperaba que Gonzalo empezara a vender los tamales pero ¡nada! Seguía pasivo en la silla.
Extrañado, le pregunté que por qué no vendía y me dijo que porque la gente no se acercaba aún pero las personas pasaban y pasaban.
Le dije que así no iba a vender. Abrí la tamalera, saqué unos cinco tamales, los exhibí en la tapa y dejé que el vapor concentrado escapara para motivar las narices de los potenciales clientes ¡y funcionó! La olla de cien tamales voló en menos de tres horas, entre misa para niños y la de las doce.
Así que a la semana siguiente, en lugar de 100 tamales vendimos 200. Y a ello le agregué gelatinas de agua.
Por un tiempo, esos fines de semana, vender tamales era mi actividad.
Igual pasa en la política… en estos tiempos que se avecina la sucesión ¡hay que vender al potencial candidato!
Así que Javier Duarte de Ochoa es la principal mercancía que tiene en estos momentos el gobierno fidelista y la dirigencia estatal. Conste, no dije “el PRI”.
Sin embargo, a Javier Duarte se le une otro producto en el mercado: Héctor Yunes Landa.
Así es… tenemos dos excelentes productos a la venta. Ambos con cualidades diferentes pero que pudieran funcionar para lo mismo. Como un tamal de salsa roja y otro de mole…
En el marketing, nos ofrecen a Javier Duarte de Ochoa como el continuismo (¿o continuidad?) de la corriente que surgió hace menos de seis años: la Fidelidad. Su figura garantiza que el trabajo que viene realizando el Gobernador Fidel Herrera Beltrán (por cierto excelente) se mantenga otros seis años… o más…
En el caso de Héctor Yunes, que si bien no se puede identificar como un “Fidelista de hueso colorado” pero sí priista, conoce el trabajo del Gobernador porque, incluso, trabajó a su lado. Hombre de temperamento recio, duro, cabrón, explosivo si se considera agredido, pero al igual que Duarte de Ochoa, noble de corazón, buen amigo. Su figura representa al menos en estos momentos a un priista que sólo ha expresado su sentir. Comanda a la Alianza Generacional que se quiera o no, incluye a grupos del PRI que en su momento no vieron la suya en esta administración. En la AG hay viejos, jóvenes y nuevas generaciones que allí vienen, caminando, despacio…
Cada quién vende su producto como quiere ante la proximidad de las elecciones del 2010…
Yo sólo le pregunto al lector, en términos de marketing, de morbo si usted quiere… si hubiera pelea de box, le gustaría ver al travieso Arce contra el Canelo Alvarez o a Julio César Chávez junior contra el Canelo.
Si hubiera un juego de futbol, le gustaría ver un encuentro de Tiburones Rojos contra Irapuato o enfrentado al América…
Si hubiera una elección a la gubernatura, le gustaría ver a un Yunes Linares contra un Duarte de Ochoa… o contra otro Yunes…
Una elección política o una elección de morbo… Yunes vs Duarte o Yunes versus Yunes…
A ver si con esto ¡no me mandan de nuevo a vender tamales!

e-mail: dor00@hotmail.com

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