viernes, 1 de noviembre de 2013

Error de imprenta



Trujyper
Verba brava 

Cobijada por ser nieta de una hermana (Elvira Hernández Ochoa) de quien fuera gobernador de Veracruz, Rafael Hernández Ochoa, la abogada y maestra en Gestión pública aplicada, Elvira Valentina Arteaga Vega, demerita el prestigio de la Editora del Estado de Veracruz.
La Regente actual de la Editora, y que también es Notaria Pública 34 en San Andres Tlalnehuayocan –es titular con licencia- exhibe poco profesionalismo, no obstante sus galardones escolares manifiesta nula sensibilidad humana y pésima administración pública.
El organismo que creara el General, Juan de la Luz Enríquez en 1888, denominándolo Talleres Tipográficos del Estado con la finalidad de elaborar en Veracruz libros de texto y trabajos didácticos para la Escuela Normal, -ya que en esa época se imprimían en el extranjero-, en la actualidad atraviesa una etapa en que es recomendable darle un impulso renovador y con mayor visión, lo exige la dinámica de un gobierno moderno; un renuevo de titular en la Editora del Estado.
Las instalaciones de la Editora, localizadas en el municipio de Emiliano Zapata, no obstante contar con 102 empleados de todas las especialidades gráficas y con equipo moderno, no es explotada como se debiera y es por causa de que al frente de ella está implantada la poco profesional Elvira Valentina.
Para el trabajador común de la Editora no le es cómodo-por la distancia hasta Xalapa, unos 20 kilómetros- el desplazamiento sin embargo tienen que cumplir con horarios establecidos y acuden con normalidad y cumplidamente; sin embargo para la Regente Elvira le resulta demasiado pesado asistir a su centro laboral al grado que sus subalternos para acordar las órdenes de trabajo del día tienen la obligación de acudir al domicilio particular de ella en el Fraccionamiento Coapexpan de la capital del Estado.
Imita al presidente Peña Nieto quien despacha en la residencia oficial de Los Pinos y el gobernador Javier Duarte lo hace en Casa Veracruz; ella huevonea en Villa Coapexpan.
Allí desde su poltrona, injuria, ofende y denosta el esfuerzo de los impresores, diseñadores, correctores y demás personal cuando no le satisface un detalle de determinado trabajo impreso.
Desde la comodidad de su hogar envía por Whatsapp y Messenger instrucciones para que le cumplan sus caprichos visuales no obstante técnicamente no sea posible en el papel impreso.
De ejemplo citaré que las invitaciones para el Tercer Informe de Gobierno de Javier Duarte de Ochoa, fueron elaboradas en material grueso que dificulta el doblado y por lo mismo los quiebres son irregulares. Cuando la mujer vio las pruebas explotó cual menopáusica intolerante y mentó madres y pendejeó al personal. Clara muestra de desequilibrio y bipolaridad.
Los improperios y “malas palabras” pasarían a segundo término, aún en lo que se pretende sea una dama de alcurnia y prosapia de una sobrina-nieta de don Rafael Hernández Ochoa, …si cuando menos supiera o tuviera nociones de lo que es el arte de la impresión o la calidad y propiedades del papel y las tintas, polvos secantes y temperaturas requeridas para imprimir.
Otra perla en su sarta de desajustes emocionales es que siente ser descendiente del matemático Pitágoras y todo lo quiere resolver con una regla de tres simple. Cuando que lo cierto es que ni aritmética sabe.
Va segundo ejemplo; en Diciembre de 2012 encargó imprimieran calendarios alusivos a la imprenta, a los 102 empleados obligó los vendieran en 100 pesos cada pieza, entregando a cada uno 10 calendarios; es decir cada empleado debía pagarle mil pesos. La suma de todos sería de 102 mil pesos
Según sus cuentas Elvira obtendrían un millón de pesos, y les prometió que en la celebración del Día del Tipógrafo (25 de Septiembre 2013) les obsequiaría 10 mil pesos a cada empleado. Obviamente que no cumplió y se quedó con el dinero de los calendarios vendidos obligadamente por los empleados. Esperaba que el dinero se reprodujera como los panes y peces que repartió Jesús el nazareno.
Difundió el argumento de que no entregó la suma prometida porque ocupó el recurso económico para pintar el Edificio de la Editora y para equipar la cocina y comedor.
Quizá por esa forma peculiar de aplicar la aritmética el ahora Secretario de Comunicaciones Gerardo Buganza, quien fue su jefe y aliado decidió alejarse de ella y quizá también por eso, el Secretario de Salud Antonio Nemi cuando le reclamó algunos malos procederes e incumplimientos profesionales, ¡hasta la hizo llorar!
  Quizá ya es hora que Elvira Valentina regrese a la Notaría 34 donde es titular y releve a la notaria adscrita Elvira de María Vega Hernández, ¡su mamá! quien desde Febrero de 2011 es notaria adscrita en la Notaría 34.
Un escudo que presenta con regularidad la Regente de la Editora, es que su amistad con un hermano del gobernador Duarte de Ochoa le otorga impunidad y permanencia.
¿Qué pensarían ahora de Elvira Valentina su tío-abuelo don Rafael Hernández Ochoa y doña Teresita Peñafiel Sánchez? ¿Y qué su abuelo Alejandro Vega Hernández y su abuela Elvira Hernández Ochoa?
Desde Palacio de Gobierno alguien se ha portado re-gente. Es tiempo de corregir una fe de rata. Feneció el ciclo de la valentina. La Editora debe renovarse o morir.
El prestigio de la Editora del Estado merece un mejor futuro.

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