Ciro Gómez Leyva
La historia en breve
(Fusilado de Milenio)
Para abrir boca, el triunfante grupo del PRI en la Cámara de Diputados envió a la veracruzana Luz Carolina Gudiño a fijar la posición del partido en la 61 Legislatura. El asunto no pudo ser más plástico.
Luz Carolina es una guapa, joven política, que presidió la Mesa Directiva del Congreso veracruzano y derrotó por diez puntos al PAN para ganarse su curul en San Lázaro.
Se presentó con un look y una fuerza mediática que prometen días muy glamorosos para ella. Si esa es la imagen renovadora del PRI, qué maravilla.
Pero el discurso… Lo pudo haber dicho Jorge de la Vega Domínguez, Humberto Roque Villanueva. El viejo, descuadrado discurso estatólatra. No hay empresas, gobernadores, mundo, tecnología; no hay sociedad, no hay otros poderes. La suerte del país depende del señor Presidente, que antaño todo lo hacía bien y ahora todo lo hace todo mal.
“¡No al IVA en alimentos y medicinas!”, gritó la veracruzana, para dar por muerta la posibilidad de encarar la crisis fiscal del gobierno por la vía de una recaudación eficaz y moderna. “¡Que se jodan!”, le faltó decir. ¿En qué pensaba entonces, qué cálculos hacía hace seis años el flamante coordinador Francisco Rojas, cuando peleaba a favor de ese impuesto?
Luz Carolina no tuvo desdoro en pedirle al Presidente menos spots y más resultados, como si Enrique Peña Nieto no existiera. Ni miedo al ridículo, cuando hizo un elogio a la equidad de género que todo buen priista procura, pese a que su partido va de la mano del PAN legislando por todo el país para que se encarcele a las mujeres que abortan, así hayan sido violadas. ¡Viva la equidad de género tricolor!
Qué espanto. Lástima de personaje tan atractivo.
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