domingo, 20 de septiembre de 2009

Mensajeros

Salvador Muñoz
Los Políticos

Cuántas veces no hemos platicado por este medio de cómo la tecnología y los medios electrónicos hacen que nuestra vida sea hasta cierto punto escalofriante.
Hoy, nuestro cotidiano transitar es un safari, una suerte de Kilimanjaro o en su máxima expresión: El Discovery Channel en la selva de concreto.
Las imágenes que los noticiarios nos dan de la lucha de Esteban son… son… en serio que no encuentro palabras para definirlas.
Trato de entender a Esteban Cervantes Barrera, el hombre que el pasado viernes estoy seguro, no luchó por su vida, sino porque vio algo que a todas luces le pareció injusto: Ser testigo de cómo un hombre dispara a la espalda de otro que estaba desarmado.
La diferencia entre Esteban y la más de veintena de personas que estaban en ese lugar fue algo que creo se va perdiendo en el hombre… “idealismo”.
“¿Qué es un idealista?”, me pregunta mi hijo, el rebelde de la mesa… lo primero que se me viene a la mente es “alguien que quiere que las cosas sean mejor”.
Estoy seguro que Esteban quería eso.
Y la delgada línea del “idealista” con el “¿loco?”, “¿trastornado?” o “¿fanático?” es tan endeble como las ideas de Luis Felipe Hernández Castillo, el hombre que ultimó a Esteban.
El idealista actúa, pero jamás habrá de atentar en contra de terceros, de su prójimo haciéndole daño para llamar la atención.
Luis Felipe y “Josmar” hicieron lo contrario…
Podemos hablar de un Héroe, del valiente, del idealista en Esteban…
Aunque desde mi particular punto de vista, son los dos últimos hechos que nos deben de preocupar…
Un tipo que “secuestra” un avión y otro que raya consignas contra el gobierno con un solo sentido: Anunciando calamidades cual mensajeros divinos… ¿ángeles caídos?
Lo que antes veíamos en los países del primer mundo, lo estamos viviendo aquí.
Sí, tanto “Josmar” como Luis Felipe ciertamente no dejan de ser “mensajeros”… ellos mismos son el mensaje de que posiblemente la descomposición social está alcanzando niveles críticos en nuestro país.
¡Vaya una oración por la valentía de Esteban!

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