lunes, 19 de octubre de 2009

La incapacidad del PRD Veracruz para reformarse

Raúl Abraham López Martínez*
Coyuntura Política XXI

Conforme avanza al proceso electoral interno del PRD para elegir el día 8 de noviembre al presidente y secretario general, se va alejando el escenario de aprovechar el momento para que los grupos internos renueven el consenso y construyan de manera colectiva un nuevo liderazgo político y social que les permita enfrentarse electoralmente al PRI y al PAN en las mejores condiciones políticas.
No puedo negar, que en su momento llegué a publicar mi optimismo en que la situación del PRD pudiera mejorar sustancialmente a partir del resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que mandató la anulación de la fraudulenta elección que llevó a Cesar Ulises García Vázquez a ocupar la presidencia del PRD.
Tengo que aclarar que mi respectivo optimismo se encontraba vinculado a la idea de que la anulación de la elección representaba una valiosa oportunidad para rescatar al PRD.
Desafortunadamente el estado actual que predomina en la elección interna, nada tiene que ver con un proceso que pueda alentar el relanzamiento del Sol Azteca.
Enfrascados en el agotamiento de un modelo de partido que se ha expresado en la falta de vinculación de amplios sectores de la población y de los movimientos sociales, aunado a la ausencia de normas internas para promover los relevos de las dirigencias de manera democrática y legítima ante sus militantes y miembros de la sociedad civil. Los grupos del PRD acuden a una jornada electoral bajo las mismas reglas del juego que los han llevado a enfrentarse por la dirigencia estatal recurriendo a cuestionables prácticas políticas.
Bajo este contexto, los contendientes a ocupar la presidencia del Sol Azteca, durante esta semana que acaba de concluir, se han enfrascado en descalificarse mutuamente señalando que sus compañeros de partido reciben apoyos del gobierno estatal.
Estas declaraciones que han tenido un alto impacto en la arena mediática local, sólo han contribuido en acrecentar la imagen de un PRD dividido e integrado por tribus imposibilitadas en resolver sus diferencias internas.
Por lo visto los líderes de las corrientes internas no han asimilado por completo la lección de los magros resultados electorales del reciente proceso electoral federal.
Cegados por completo en satisfacer sus intereses personales y de grupo, a estas alturas no hay señales en torno a la posibilidad de conformar un amplio bloque de dirigentes que permita reencauzar el proyecto político de un partido de izquierda en Veracruz.
Esto es lo que le hace falta al PRD, que por un momento, por una cuestión estrictamente política y de sentido común, hagan a un lado sus actitudes mezquinas y se propongan actuar de manera colectiva en la promoción de objetivos compartidos.
Para lograr esto es necesario que abandonen a la de ya la concepción patrimonialista que tienen del PRD, que les quede claro que el partido que nació de una amplia amalgama de movimientos sociales no tiene dueño alguno, y por lo tanto no se le pude concebir como patrimonio económico y político de ninguna tribu.
Lo anterior se presenta como una condición elemental para llegar a un acuerdo con miras a consolidar un proyecto político-electoral en Veracruz que pueda romper con el predominio del PRI y de la amenaza del PAN.
De no lograr un amplio acuerdo rumbo a la elección del presidente y secretario general, los grupos del PRD en Veracruz van a quedar marcados por su incapacidad de reformar al Sol Azteca a cambio de reproducir sus viciadas prácticas políticas.

*Director de la revista digital independiente Voz Universitaria
www.vozuniversitaria.org.mx
raul@vozuniversitaria.org.mx

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