lunes, 28 de diciembre de 2009

Adriano y Antinoo

Salvador Muñoz
Los Políticos

Homosexualidad.
De lo que recuerdo:
* Antes estaban ocultos… era un tema que no se hablaba en un país de machos.
* Luego fueron reprimidos… Recuerdo “El lugar sin límites”, película de Ripstein, por poner un ejemplo claro…
* Más tarde los negaron… como si no existieran, igual que los OVNIs.
* Entonces ¡se destaparon!... salieron del clóset aun con cierto recelo de parte de nuestra sociedad…
* Después ¡los aceptaron! Tenían trabajo, podían hablar como quisieran y vestir igual…
* Hoy ¡los admiran!... Juanga, Origel, Versace y algunos son funcionarios fidelistas, alcaldes y alguno que otro ex diputado…
Y yo pensaba que al final, un día iban a salir que iba a ser obligatorio y en el peor de los casos, si no te gustaba: ¡ser minoría!
¡Pero no!
La asamblea legislativa del DF cambió las cosas…
Bajo el riesgo de que me tachen de pro-homosexualismo o en el peor de los casos homosexual (cualquiera de las dos cosas me vienen valiendo), doy mi punto de vista:
A mí en lo particular no me espanta la idea de que un hombre y otro se casen, se amen, se quieran… igual ocurre con dos mujeres (que no deja de parecerme cachondo ver a dos damas de buen ver apapachándose).
Pero el hecho de que un hombre y otro (catalogados como homosexuales) adopten a un niño… me obliga a reflexionar algo:
¿Están preparados los homosexuales para ello?
No lo sé.
Lo que sí sé es que un alto sector de nuestra sociedad y de nuestras autoridades religiosas no están preparadas para una Ley como la que la Asamblea Legislativa de Marcelo Ebrard aprobó.
Bueno, seamos más particulares: ¿cuántos hombres y mujeres estamos preparados para ser padres, ya no de un niño adoptivo, sino de uno propio?
De manera natural, teniendo un desarrollo hormonal, creo que todos; mental, quién sabe.
Igual me pregunto: Bajo el “supositorio” de que una pareja homosexual adoptara a un niño ¿educarían a su adopción como homosexual o como varón o niña, según el caso?
Es lo mismo que cuando una pareja heterosexual tiene a un retoño: No piensa en que su hija será lesbiana o será gay, eso, al final, lo pudiera decidir una circunstancia en la vida o endocrinológicas o sabrá Dios qué… mitos sobran…
Ahora, por el momento, la Ley permite a los homosexuales tener hijos, entonces es legal y ante lo legal ¿qué se puede hacer? Pero… ¿es ético? A lo mejor para usted ¡no! Mas para el grupo gay ¡sí!
Ahora, cuántas parejas, hombres y mujeres tienen hijos que ponen a trabajar, que prostituyen, que no son educados, que son maltratados… ¿hay castigos? ¡Claro! Hay castigos para esos padres…
¿Y hay castigo para el padre o madre cuyo vástago es joto o su hija “tortillera”? Creo que no… más que el moral (si su pequeño cerebro lo atormenta o su vecindario lo señala).
Digo, no sabremos qué tanto puede ser beneficiosa esa Ley a la que se condena igual o peor que la Ley Anti-Aborto… pero pues habría que ver cuántos niños dejarían un hospicio para encontrar un hogar.
Pueden decir que los homosexuales son de vida escandalosa y alejada de las buenas costumbres… pero los heterosexuales pueden ser peor y aún más: ¡Hipócritas!
La ley a veces riñe con la moral, con la ética, con nuestras costumbres… valga el ejemplo de si es legal que paguemos impuestos por un terreno o casa que compramos con muchos esfuerzos… si es nuestro, ¿por qué pagamos? ¿no es injusto?
En conclusión, creo que Marcelo Ebrard logró su propósito: Que las miradas de un sector de nuestra sociedad, estigmatizado aún en este siglo, pusiera sus ojos en él, como el comprensivo político de sus aspiraciones, sueños y deseos, que como pareja, hombre o mujer, quisiera cristalizar un día con un fruto de su amor llamado Hijo.
Creo que lo antinatural es que un hombre se embarazara para parir a un niño…
Como les dije, la homosexualidad es tan natural (y rechazada) como lo fue hace siglos… y ahí está el emperador Adriano y Antinoo:
Siendo un joven de 16 ó 18 años, el griego Antinoo impresionó al emperador por su belleza, quien de inmediato lo llamó para que formara parte de sus efebos convirtiéndose en su favorito. Los celos de los demás “concubinos” del emperador armaron un rumor: Que Antinoo engañaba a Adriano.
Loco de celos lo llamó y tras reclamarle sin darle la oportunidad de defenderse, lo corrió. Antinoo, quien amaba a su emperador, le mandó una carta donde le contaba del engaño del que había sido víctima y como muestra del amor que le tenía, ofrendaba su vida al Nilo con suicidio. De los celos, a la locura del dolor: Estatuas, palacios y hasta deidad, lo convirtió el emperador que, dicen, nunca pudo reponerse de la tristeza de haber perdido a Antinoo, que acabo quitándose la vida.
Amor o perversión… dígame usted.
¿Estamos preparados primero para aceptar a los homosexuales o no? Lo demás, sería otro tema a tratar.

e-mail: dor00@hotmail.com

No hay comentarios: