lunes, 7 de diciembre de 2009

Por dignidad se debe ir

Fernando Hernández
El Marcaje

Joaquín del Olmo debe renunciar como técnico de los Tiburones Rojos. Le quedó grande el paquete y debe admitir que si llegó a semifinales fue por un conjunto de suerte y garra de varios de sus pupilos, porque sistemáticamente, sin ser un experto en el futbol, fue poco funcional.
El Veracruz jugó feo durante el torneo, fuera y dentro de casa, y aunque se habló durante la semana que no se echaría atrás en Irapuato esto sucedió y los Freseros pudieron haberse despachado con más goles a su bolsa, pero la fortuna volvió a ser favorable con los escualos, para no verse aún más humillados.
Aunque por algunos lados consideran que con la eliminación vendrá la cacería de brujas, es una realidad que “El Jaibo” no fue el hombre idóneo para conducir el barco porteño; aunado a esto, refuerzos como Ignacio Pallas, Rogelio Rodríguez, Octavio Valdez, “Rambo” Sosa, Aarón Padilla, Bruno Gomes, entre otros, fueron unos petardos y eso redujo la baraja del técnico para armar algo más competitivo.
La realidad es clara, Del Olmo debe dejar al equipo por dignidad. Puede estar molesto porque la directiva no le cumplió al 100 por ciento con lo que quería o puede admitir que falló en una misión que le fue encomendada en un plantel que urge de volver a la Primera División y tener satisfacciones.
Pero no sólo falló el entrenador, la directiva también lo hizo, porque era obvio que el futbol que se hacía en la cancha era más que feo, tedioso, aburrido, predecible y la consecuencia se vio el sábado. Las “modificaciones” del estratega no fueron problema para Osvaldo Batocletti, que no cambio su estructura de un juego a otro, y se le fue encima a los jarochos desde el primer minuto de juego para ser los dominantes de la noche en el Sergio León Chávez.
El próximo torneo no hay opciones laterales, el campeonato urge aún más, por el fichaje de Cuauhtémoc Blanco, aunque no esté durante todo el torneo, pero la expectativa es tener más figuras para arroparle y un timonel a la altura de la circunstancias y, ahora sí, contender por el ascenso.
Un año más de fracaso se fue para el campamento escualo. Habrá algunas voces que dirán lo contrario, pero el no cumplir un objetivo, como un primer lugar de algo que es una pretensión, se resume a ser un fracaso total para todos, cuerpo técnico, jugadores y directiva, y en esta última recae la responsabilidad de replantear muchas cosas, de cara a armar un cuadro más que competitivo de cara al Bicentenario 2010.
Por el momento, Del Olmo y otros incumplidos del compromiso del torneo deberían ya tener sus maletas listas, para unas vacaciones más que largas.
Hasta la vista.

fhernandez1980@gmail.com

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