A quien le fue muy mal en fin de año fue a Alejandro Virgen Enríquez, primito del Coque Carvallo, quien en diciembre tal parece que no le cayó para nada bien a Agustín Mollinedo Hernández, titular de la Junta Estatal de Caminos, quien de plano le pidió al entonces subdirector administrativo que le entregara las oficinas y en una de ésas mejor que se amparara hasta con el Niño Dios de Xico, porque el que iba a llorar (y otra cosa) sangre sería el famoso Barney.
Por supuesto, siendo un funcionario responsable, aplicado y profesional como su primo, la actitud del panista (hoy duartista) le dolió hasta el fondo al buen Barney, quien acabó en la depre… ¡La foto lo dice todo! Pero ¡ánimo mi Virgen! Parece que los reyes te dejaron un regalito allá por Plaza Américas. ¡Búscalo!
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