¿Dónde quedó el corazón?

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Qué tristeza me da ver que los chavitos que juegan al futbol en categorías inferiores o en circuitos de ascenso estén más preocupados por cómo lucen o en imitar lo que ven en la televisión, que lo que es jugar por corazón.
Cuánto daño le ha hecho a estos novatos tener televisión de paga o que se transmita del balompié europeo en señal abierta, porque en lugar de emular los fundamentos técnicos o la labor de equipo de aquellos equipos, aprenden lo malo, los vicios y aparte los “estrellismos” que no caben en ningún deporte.
Una cosa es que los chamacos quieran usar zapatos de colores o dejarse la trencita de algún argentino y otra es que quieran engañar en el campo de juego, que quieran jugar solos, que no quieran entrenar, en fin, todas las malas mañas.
Ya ahora, hasta los elementos de una división tan chica como la Tercera, porque lo es en nivel al ser formativa, ves cómo los futbolistas le “tienden la cama” al entrenador, porque les exige o simplemente porque no les cae bien.
¡Carajo! No puede ser. O en otros caso que tipos como Luis Olivos, de Búhos de Xalapa, que lo expulsaron y suspendieron por muchos partidos, porque en una jugada abusó de la conducción, se la quitaron fácil y su respuesta fue barrer a traición sobre el oponente y no conforme con eso le pegó en la cara y provocó una gresca.
Ese tipo de elementos ni siquiera deberían estar en un circuito de ascenso, sino que se quede en el llano y para colmo durante diciembre el muchacho no se presentó a entrenar con sus compañeros sin avisarle a su directiva y demostrando que le vale un reverendo sorbete el equipo, ya que este momento de los capitalinos es de mostraron al estar estrenando técnico.
Y la vergüenza, si es que la tienen, no sólo es para Olivos, sino para otros cuatro “divos”, como Edgar Hernández, Gustavo Márquez, Iván Hernández y Arnold Osorio; los primeros en mención jugaban como titulares como el entrenador que salió, César Vásquez.
Hoy por hoy, la directiva de Búhos debería fajarse los pantalones, a mi gusto el bajarlos un mes al equipo de Cuarta División no era la mejor opción, porque esas cinco manzanas podridas pueden contaminar el huerto con sus actitudes.
De la calidad de los jugadores, pues saben hacerlo, no son la gran cosa, talento pueden tener, pero no para lo que presumen; es más lo que quieren aparentar que lo que realmente saben con la pelota en los pies. En el llano pudieran brillar, pero con su forma de ser, de poca humildad y menos respeto a sus compañeros, no pasarán de jugar en las canchas de la periferia por unos cuantos pesos, como muchos jóvenes han terminado sus carreras.
Gerardo Arcos Munguía y Carlos Ferráez Matus son hombres de disciplina y estoy seguro que los jalones de orejas se han de haber dado, pero que éste no se convierta en algo vacío, que proceda, porque Búhos se ha caracterizado por ser un equipo de enjundia regularmente.
Hoy por hoy, esas “estrellitas” que hay en todos los equipos salen de sobra. Dañan la imagen de un deporte manoseado y prostituido, lleno de dinero desperdiciado en estupideces regularmente, con jugadores inflados en ego y en costos, si no me creen ahí está Guillermo Ochoa, que para salir del América cuesta 10 millones de dólares. ¿Crees que lo valga?
A los padres de familia siempre les importa que sus hijos vean cosas de calidad, y no que tengan la oportunidad de ver pornografía o violencia en televisión, ahora hay que revisar también que los ejemplos de los deportistas sean los adecuados, porque una cosa, insisto, es el “look” y otra las actitudes. ¡Ojo!
En otro tema, la mejor de las suertes para Corintia Cruz y Leo Hernández, encargados de conducir al deporte en Xalapa en la administración municipal actual. La llevan difícil, porque lleva mucho tiempo de que en la capital veracruzana no pasa absolutamente nada con esto, justamente por poner, en varias ocasiones, a gente ineficaz en los cargos, cubiertos por gente con ganas, pero atada de manos para tratar de cambiar las cosas.
Al que le quede el saco que se lo ponga.
Hasta la vista.

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