Salvador Muñoz
Los Políticos
Truena, llueva o relampaguee, tengo por costumbre madrugadora, en compañía del fiel Harry, hacer una caminata por el parque cerca de mi casa, aunque ello me implique el riesgo de “ser observado” por las huestes de Arturo Bermúdez, el encargado del C-4.
Entrecomillo “ser observado” porque es una guasa. Tengo de vecino a Arturo Reyes, gran amigo que labora en dicha dependencia y él dice que siempre me ve ¡pero yo nunca lo veo! ¡gulp!
En fin…
Pues esas caminatas madrugadoras, además de darme la oportunidad de disfrutar estrellas fugaces, la transición de la oscuridad a la luz con el adiós a la luna y bienvenida a los primeros rayos de sol, me ha dado otras cositas…
Una vez me encontré un celular…
Quise devolverlo pero quien lo perdió creo que venía de Estados Unidos por los números telefónicos que tenía y después se descargó… bueno, los pretextos sobran…
Después, aunque no me lo crea, me encontré ¡una computadora!
La gente pasaba a un lado de una caja de cartón y se le quedaba viendo… yo detuve mi caminata y vi el equipo. Chequé la pantalla (plana) que estaba ya deteriorada al igual que el teclado. Chequé el CPU (Unidad Central de Proceso) y al parecer no tenía ni una falla. Hice conjeturas: ¿Qué hacía una computadora en una caja de cartón botada a media calle? Lo primero que pensé: ¡Alguien la robó del jardín de niños! ¡Alguien la sustrajo de Wal-Mart! ¡Alguien se enojó con su novia, esposa o amante, tomó la computadora y la tiró!
Un amigo la revisó… me dijo que era una supercomputadora por el equipo que tenía: grababa dvd, podía instalarse en la tele y grabar también programas y quién sabe qué otras cosas… pensamos que quizá era de alguien que quemaba películas piratas… al checar el disco duro donde posiblemente encontraríamos las respuestas a nuestras dudas, simplemente lo que hallamos nos sorprendió más… ¡el disco estaba limpio! Eso nos obligó a checar de nuevo el CPU y efectivamente, la pulcritud del ensamble indicaba que no había sido utilizado…
Total que mi vieja compu se volvió híbrido…
Por eso, cada mañana que salgo, fijo más mi atención en las cosas que pueden parecer comunes, como la perrita que caminaba dos metros en un sentido y regresaba la misma distancia y así consecutivamente.
La observé en fin de año y el primero de diciembre. Le dije a mi bella esposa: ¡Está desorientada! ¿La habrán drogado? ¿La habrán obligado a tomar alcohol? Y es que parecía borracha. Fue entonces que hice un plato improvisado de un cartón de leche, serví croquetas y busqué a la perrita. La llamaba con el clásico “quis-quis” pero no respondía… entonces hice ruido con las croquetas y la perrita acudió a mí. Se abalanzó sobre la comida… tenía la cadera lastimada… a lo mejor fue atropellada porque le costaba trabajo mantener su equilibrio… cuando quise acariciarle la cabeza me percaté de algo: ¡estaba ciega! ¡Era esa su desorientación! Posiblemente por eso le costaba mantener el equilibrio o se sumó aquello a un posible atropellamiento.
Llamé a los Amigos de los Animales pero no había nadie. Mandé un correo (a través de mi hija) y respondieron pronto: ¡Llévela!
Cuando bajamos sólo había quedado constancia del apetito que tenía. El plato de cartón estaba vacío. Ella había desaparecido.
Esperamos al día siguiente y la perrita ya no regresó… pero las vueltas madrugadoras del fiel Harry y su servidor rindieron otro fruto… ¡nos encontramos otra cosa curiosa! Un parasol para el medallón de un carro…
No tendría nada extraordinario de no ser por el mensaje:
“¿Fiel? ¡Ni que fuera perro! MAYL. movimiento.org.mx”
Evidente es la referencia tanto del destinatario como del remitente.
Analizando el mensaje le encuentro tres pros y contras.
El primero: El tono peyorativo a ser “Fiel” teniendo como frase obligada la de Juan Pablo II: “México, siempre fiel”… dudo mucho que el Papa haya querido decir que los mexicanos fuéramos fieles como perros.
El segundo: Bueno, pero una cosa es que lo haya dicho el Papa y otra que se use como slogan político…
El tercero: Las siglas no son otras más que las de Miguel Angel Yunes Linares, a quienes muchos políticos de la actual administración se refieren como “el Perro”. Al referir “Ni que fuera perro” es una forma de “des-perrizarse” y entonces los perros pasan a ser los que lo tachaban a él como perro. ¿Me entendieron?
No puedo poner qué es pro y qué es contra porque ésta va a ser en función de la posición en que se encuentre uno. Digamos, a mí ni me afecta ni beneficia… entonces no hay pro ni contra, pero bien puedo ponerme en los zapatos de un fidelista o yunista.
Por supuesto, no pude evitar que al final de mi caminata ocupara la Internet y me dirigiera a la dirección que marca el parasol: movimiento.org.mx.
No pierda el tiempo tratando de ir a esa página web, sólo aparece esto: “El movimiento comienza contigo. Próximamente…” teniendo de fondo un cielo azul entre algunas nubes blancas.
¿Ni que fuera perro? ¡Hummm! Respeto la posición de quienes hicieron ese parasol ¡ocurrente! Igual respeto el posicionamiento de la fidelidad como slogan político. Si bien ambos puntos de vista no dejan de ser muy cerrados (uno, por darle trato ofensivo y el otro, por politizarlo) yo prefiero a mi fiel Harry, compañero de mis paseos madrugadores así como a la fiel madrugada, que siempre espera la llegada de la otra fiel mañana… ¡a ver qué cosa me encuentro otro día!
e-mail: dor00@hotmail.com
1 comentario:
ser fiel no es malo, ¿verdad Harry?, bueno pues definitivamente creo que el papa no quizo decirnos perros, y bueno me pregunto si yunes cree que por ser fiel ya eres una animal. porque bueno yo le soy fiel a mi novia, a mi pais y a mis creencias, q perro soy no? jaja bueno aun asi tienen razon fue muy creativo aunque deberian pensar en los contraposiciones de sus slogans politicos jaja, yo que yunes pensaria dos veces antes de criticar un valor etico como la fidelidad que no creo que aunque fidel lo alla utilizado dudo mucho que los griegos hayan acuñado este termino por el o que su madre (la de fidel) haya pensado en que su hijo iba a ser gobernador y que tendria un slogan asi.
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