Mujeres

Salvador Muñoz
Los Políticos

El papel de la mujer, hoy por hoy, es de motor que mueve no sólo la cama, la casa, la cocina… es fundamental en nuestra economía, en nuestro trabajo, en nuestra política.
Mujeres despojadas de atavismos que las sujetaban a esperar un príncipe azul, tener hijos y ser buena esposa y mejor madre… nuestras Sara García o Libertad Lamarque, sufridas, lloradas, capaz de sacrificar todo por el hijo o el marido deben desaparecer.
Mujeres de hoy, que buscan crecer, ir más allá de lo que un pobre macho, lleno de complejos, le permiten, deben tener espacios para convidar esos aires de libertad a las otras que viven con cadenas que no se ven.
Por eso, dedico estas líneas a ellas…

* Sin duda, admiro a Irma, mi madre, la cuarentona que disfrutó la vida al ritmo de la Sonora Santanera, fiel al PRI y admiradora de don Fidel Velázquez; la que en un momento de su vida pensó o deseó ver a Miguel Alemán como Presidente de la República; la que vivió el amor (y algo más) hasta el cansancio… cualquier hijo diría que fue buena madre… yo digo que fue mejor como Mujer.

* Hay una frase que le dije a Luchi Bonilla al finalizar una entrevista que tuve con ella: “Fidel Herrera le pegó al gordo… El suegro de Javier Duarte dicen que también porque el yerno le dio una serie… pero no se compara con Salvador Manzur quien se sacó la lotería contigo”. Quien oye hablar a Luchi en cada mención de mi tocayo, no sólo es lo que sale de su boca, sino el brillo de sus ojos, el lenguaje de sus manos… ¡cuánto amor tiene Manzur en Luchi Bonilla!
Ella dice que en ese matrimonio nadie lleva los pantalones… las decisiones son entre dos y cuando hay diferencias, se vuelve a platicar.
Luchi tiene ganas de trabajar… le emociona pensar en lo que puede dar por los boqueños (viejos, mujeres, madres solteras, niños) a través de lo que sabe y siente… conocimiento y sensibilidad, cosas que nuestras mujeres tienen y que, sí señores, debemos explotar en ellas. Y es que en Luchi se percibe eso: Energía, energía que es necesario enfocar…

* Lorena Pignon, joven entusiasta de las filas del PRI, me anuncia su matrimonio pero también sus deseos en participar en la contienda interna del partido para la selección a candidato a presidente municipal por San Rafael.
Hombres, hombres, siempre los hombres en los puestos de elección popular en su recién municipio… ¿y las mujeres? Lorena quisiera que despertaran sus “rafaelensas”, que alcen la mano, la voz… no sabe qué va a pasar pero quiere intentarlo y si no se da esta vez, apoyará a quien quede pero que quede claro algo: ¡Siempre seguirá intentándolo!

* No sé cuántos años tengo de conocer a Elizabeth Morales… pero siempre he visto en ella la valentía y el convencimiento en sí de lo que hace… ¡cree! ¡se tiene fe! De hablar franco, respetuosa del trabajo periodístico (y del no periodístico), exigente con ella misma y con quien le rodea. Quienes la han encasillado en “dadora de enseres, sillas de rueda, regalos” realmente no conocen su trabajo. Elizabeth es más que eso. Hablan mucho con sorna, burla, de una Elizabeth que sinceramente no conozco… yo nada más conozco a una: Mi amiga, mujer que reta a cualquiera sin perder el estilo… bueno… acepto que las faldas las luce muy bien pero si algo admiro de ella es que, valga la expresión machista: es una mujer con los pantalones ¡bien puestos!

* ¡Dalia Pérez es cabrona! Inteligente, con una agilidad mental increíble y un gran sentido del humor. Castrosa, jodona, pero siempre sincera. No se guarda nada. Apasionada, romántica, soñadora y rebelde. Carácter recio que obliga mejor a tenerla de amiga que de enemiga. Igual que Elizabeth, es una convencida de lo que hace sin llegar a la terquedad. ¿Polémica? No, no le gusta eso. “Chiles Xalapeños” es circunstancial.

Y hay más mujeres de quienes comentar, como de mis amigas reporteras, periodistas, más cojonudas que muchos (me incluyo), que dignifican al periodismo, que engrandecen el papel de la mujer con un buen trabajo y que son capaces todavía de llegar a ayudar a sus hijos con la tarea, preparar la comida, la cena y dejarse caer en la cama, muertas de cansancio, pero con un oído alerta y un ojo abierto, ante cualquier eventualidad…

*Pero concluyo con mi Brenda, la que jamás se aprende la canción del baño para tallar la espalda… esa novia eterna, la dueña de mi casa; esposa pero más amante en cualquier punto del depa… cama, cocina, baño, sala; compañera, amiga cuando quiere, confidente que me mata con mis propias palabras; contadora de mis centavos, enfermera de mis migrañas; secretaria de una agenda, cocinera de lasagna; reposterera de dulces y pasteles que no como; bella durmiente, bruja de Blanca Nieves; insoportable, necesaria; desesperante, refugio, altanera, sencilla, humilde y soberbia; elegante y fodonga; deseo, lujuria; sexo, amor, más sexo, amor… ¡más y más sexo! sueño profundo y ronquidos que asumo; sospechas infundadas y bien fundadas, celos enfermizos, investigadora, policía, fiscal, juez y abogada; pero sobre todas las cosas, una gran mujer… y para dolor de muchos ¡mi mujer!

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