jueves, 22 de abril de 2010

¿Cuántos no podrán ingresar a la universidad?

Álvaro Belin Andrade
Hora Libre

Los datos sobre demanda de ingreso a las universidades públicas son escalofriantes. Los relativos a cuántos serán admitidos en ellas son de terror.
Casi 35 mil jóvenes han solicitado su ingreso a la Universidad Veracruzana, una de las pocas instituciones (si no es la única) que ha expandido cuantitativamente su oferta pese a las restricciones impuestas por la Secretaría de Educación Pública.
De ellos, sólo entre 13 mil y 15 mil podrán ingresar a ella, lo que supone una atención superior al 40 por ciento de la demanda real, pese a lo cual más o menos 20 mil tendrán que buscar otras instituciones, sean públicas o privadas, veracruzanas o de otros estados, escolarizadas o en línea, dónde cumplir su sueño de convertirse en profesionistas.
Es el resultado de muchas décadas de desatención gubernamental a la necesidad de ampliar la oferta de educación superior. Se consideraba que con proporcionar más presupuesto a la UV se cumplía el cometido, cuando era indispensable crear más instituciones, incluso de corte similar al de la máxima casa de estudios de la entidad.
Sólo en los últimos diez años ha habido una acción decidida para crear institutos y universidades tecnológicas y politécnicas, a lo que se ha sumado la creación del ahora Instituto Consorcio Clavijero.
¿Y qué pasa en la Universidad Nacional Autónoma de México? Ahí las cifras son de locura y la diferencia entre la de demanda y la de ingreso es abismal.
¿Cuántos presentaron su examen de admisión? Nada menos que 116 mil estudiantes, más del 300 por ciento de la cifra reportada por la Universidad Veracruzana.
Y de ellos, ¿cuántos serán admitidos? En palabras del rector José Narro, sólo 10 mil 350, porque la UNAM ha llegado a su límite. Eso quiere decir que de las personas que solicitaron su registro a la máxima casa de estudios del país, sólo el 8.9 por ciento tendrán la oportunidad de gritar el Goya e irle a los pumas.
Sé que las comparaciones son ociosas y torpes, pero si la UV sólo admitiera el 8.9 por ciento de sus aspirantes, como es el tope en la UNAM este año, el número de alumnos de nuevo ingreso en septiembre próximo sería de sólo 3 mil 100 personas, dejando fuera a unas 32 mil.
Si, por el contrario, la UNAM aceptara el 40 por ciento de su demanda (como lo hace la UV), es claro que colapsaría al tratar de colocar a más de 46 mil jóvenes en sus instalaciones. Su población, de plumazo, crecería para llegar a 350 mil alumnos.
Y la demanda a la UNAM ha crecido, lo mismo que se ha abierto un poco la llave. En 2009 fueron 112 mil los aspirantes (cerca de 4 mil menos), de los que sólo se aceptaron 9 mil 290 (mil 50 menos que este año).
Para todos es claro que debe haber nuevas alternativas y una de las más viables es la educación en línea. Porque hay que duplicar la cobertura de educación superior en tiempos breves para llegar a la meta del 30 por ciento en el ámbito nacional, más lejano aún para el caso de Veracruz.

Enlace, el dedo puesto en educación

Esta semana, unos 16 millones de niños y jóvenes que estudian del tercero de primaria al tercero de secundaria en 135 mil planteles del país han estado involucrados en ese gigantesco laboratorio de la evaluación del desempeño escolar que es la prueba Enlace.
A ellos se suman 750 mil profesores, 130 mil coordinadores externos y, como observadores, 3 millones de padres de familia y dos mil 500 representantes de la sociedad civil.
En total, unos 20 millones de personas, a los que se suman muchas personas más, desde aquellas que están encargadas de vigilar la logística de aplicación como los expertos que están analizando cómo pueden impactar los resultados en la definición de nuevas políticas públicas.
En el caso del estado de Veracruz, la cifra de estudiantes de educación básica que participan en este examen es de 1 millón 57 mil estudiantes de 11 mil escuelas primarias y 7 mil secundarias.
El propio presidente Felipe Calderón fue a una primaria en el DF a dar el banderazo de inicio. En Xalapa, el gobernador Fidel Herrera lo hizo en el marco de la inauguración de un aula de medios del Instituto Consorcio Clavijero en el Cobaev xalapeño, que forma parte del programa “La universidad en tu prepa”, instrumentado por la SEV para beneficiar a jóvenes que por situación de marginación no pueden salir a estudiar a las principales ciudades del estado.
Para Calderón, es imprescindible garantizar calidad y equidad en la educación. Ante Elba Esther Gordillo dijo que, “mientras mejores sean nuestros alumnos, mejor México tendremos y para ello necesitamos también mejores maestros y mejores padres de familia".
Anunció, también, estímulos para los mil niños con los mejores puntajes en materia de Historia de México, recién incorporada a la prueba Enlace, y se refirió a los 900 millones de pesos que se repartirán entre 260 mil docentes de 28 mil escuelas que han mostrado un avance en los resultados de la prueba.
Ya sabemos que, en ese programa, los maestros veracruzanos han colocado al estado en primer lugar por número de maestros reconocidos y, por ende, por el monto económico que se les destinará.

Gordillo, de malas con Enlace

Pero mientras para Calderón la evaluación es imperativa para ubicar aquellas áreas y personas que no están cumpliendo bien su función educativa, lo que significa una visión sumamente restringida de los efectos del examen nacional, para la dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo, Enlace se agotó: “se requiere otro mecanismo para evaluar lo que ocurre dentro del sistema educativo para mejorar la calidad de la educación”.
Entrevistada por Nurit Martínez, de El Universal, horas antes de iniciar la prueba, la profesora chiapaneca se puso difícil.
En primera, criticó el hecho de que se evalúe en la prueba Enlace, por primera vez, el área de historia de México cuando 2.5 millones de niños de sexto grado de primaria no tienen un libro sobre la materia, pero lo más fuerte fue cuando se refirió a las críticas, provenientes del ámbito internacional, que acusan al SNTE de ser un obstáculo para la mejora educativa de México.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Eeducación –le dijo a nuestra amiga Nurit– “no acepta que el gobierno o algún grupo externo de la sociedad, que la propia ONU o [la Universidad de] Harvard diga que es el SNTE el obstáculo para la calidad de la educación. A la hora que quieran podemos establecer un debate”.
De paso, acusó que la SEP no ha presentado un programa que permita evaluar a cada maestro.
Mientras que para Calderón sin evaluación no hay calidad, porque cuando falta la calidad avanza la desigualdad y la injusticia, sobre todo en las zonas más pobres, para la profe la calidad no se puede adquirir por receta, ya que es resultado de un esfuerzo de la sociedad.
Distantes como no se les había visto, incluso luego de que el gobierno federal autorizó un aumento salarial cercano al 5 por ciento para 850 mil maestros del país, los factores políticos de la educación en México parecen en proceso de reacomodo. Gordillo viene por las ganancias…

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