lunes, 19 de julio de 2010

Carvallo, malas cuentas

Luis Alberto Romero

El candidato de la coalición Viva Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, desarrolla una estrategia para buscar que el Tribunal Federal Electoral, Trife, revierta el resultado de la elección para gobernador de Veracruz, lo que le convertiría en el sucesor de Fidel Herrera Beltrán. Según los panistas, la jornada del domingo 4 de julio arrojó como resultado una ventaja de casi 40 mil votos sobre su más cercano contendiente. Sin embargo, los datos que ofrece el Instituto Electoral de Veracruz hablan de más de 80 mil votos de diferencia entre Javier Duarte y el candidato panista.
El proceso electoral aún no termina. Culminará cuando se declare oficialmente válida la elección y eso será cuando se resuelvan todas las impugnaciones presentadas por los candidatos perdedores; mientras tanto, ni Duarte ni su partido pueden cantar victoria.
La dirigencia blanquiazul y el equipo de campaña de Yunes Linares saben que el paso por el Tribunal Estatal Electoral es mero trámite y que el fallo del Trife será definitorio e inapelable, que no existe otra instancia. Saben, también, que serán los siete magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación quienes dictaminen lo relacionado con las inconformidades y quienes, finalmente, decidan el futuro de Veracruz.
Las veladoras azules están prendidas para que a fines de octubre el Trife revierta el resultado avalado ya por el IEV o, en su defecto, determine la anulación del proceso veracruzano, con la consecuente convocatoria para el desarrollo de nuevas elecciones, con otras condiciones de competencia. Ambos escenarios, sin embargo, se observan difíciles porque prácticamente no existen antecedentes en ese sentido. Recordamos que Gerardo Buganza perdió por un margen más apretado ante Fidel Herrera y no logró una resolución de dicha naturaleza.
En el lado priista, la defensa de la plaza será férrea y para ello se buscan apoyos tanto de la dirigencia nacional como de los coordinadores de las bancadas del partido en el Senado de la República y en la Cámara baja. Incluso, los gobernadores electos de Quintana Roo, Tlaxcala y Tamaulipas, Roberto Borge Ángulo, Mariano González y Egidio Torre Cantú, respectivamente, estuvieron en estas tierras para enviar un mensaje de unidad y respaldo a Javier Duarte.
En el PRI no hay festejo por el resultado porque la etapa de la defensa del voto sigue su curso pero, sobre todo, por la enorme cantidad de bajas durante la batalla electoral: la derrota en más de 120 municipios llama a la reflexión porque pone en evidencia los desaciertos en la estrategia y en la operación política; evidentemente, a Jorge Carvallo le quedó enorme el cargo de presidente del Comité Directivo estatal; durante el lapso en que dirigió a su partido, no sólo fue derrotado en la mayoría de los municipios sino que perdieron el control de la legislatura. Malas cuentas.

luisromero85@hotmail.com

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