martes, 24 de agosto de 2010

Capacitar antes que extender el periodo

Luis Alberto Romero

Luego de que el gobernador Fidel Herrera anunciara que presentará ante la Legislatura del estado la iniciativa para ampliar de tres a cuatro años el periodo de los ayuntamientos, llegaron en cascada las voces a favor y en contra.
Desde el panismo, las señales son encontradas porque mientras unos se muestran a favor de ese planteamiento, como el diputado local Marco Antonio Núñez, otros optan por la reelección por un periodo de los alcaldes. En el priismo no esperaríamos voces discordantes con el ejecutivo. Perredistas y convergentes se muestran cautos y proponen análisis a fondo de dicho tema.
Se trata de una iniciativa polémica, que requiere de una reforma a la Constitución política del estado, en cuyo artículo 70 se establece que la duración de los ayuntamientos será de tres años; para realizar ese cambio es necesario una mayoría calificada en la Legislatura.
En el entorno nacional, Michoacán y Coahuila ya cuentan con ayuntamientos que duran cuatro años. En el Estado de México, hace un mes el gobernador Enrique Peña Nieto turnó a la legislatura una iniciativa en el mismo sentido.
En el Estado de México, por cierto, la iniciativa privada no sólo se mostró de acuerdo con la ampliación del periodo, sino que se pronunció a favor de que se discuta el tema de la reelección.
Aquí, Fidel Herrera declaró, respecto a esta iniciativa, que los alcaldes que llegan al cargo, durante el primer año se enteran de los problemas; el segundo realizan la planeación y el tercero se van. Dijo también que un periodo de tres años es insuficiente y que los problemas de un municipio se resolverían mejor si las autoridades se mantuvieran por cuatro años.
En ese sentido, la pregunta que salta es: si no pueden hacer su trabajo en tres años, ¿podrán en cuatro?, lo dudo. Desafortunadamente, la gran mayoría de los alcaldes llegan al cargo sin preparación, a ciegas; por ello, en muchos casos, la diferencia entre ayuntamientos de tres y de cuatro años sólo tiene que ver con el número de quincenas que cobran y no con los resultados que ofrecen.
Y es que muchos nuevos alcaldes llegan al cargo sin un panorama claro de los problemas municipales, sin conocimiento siquiera de la Ley Orgánica del Municipio Libre, sin programas y planes de desarrollo, sin saber las facultades, derechos y obligaciones del ayuntamiento, sin idea del tema de impuestos, derechos, productos, aprovechamientos, participaciones, contribuciones, etcétera.
El nuevo alcalde, cuando no está capacitado y preparado para ocupar ese puesto, es víctima de tesoreros, secretarios y directores que ejercen el poder real, en detrimento de la hacienda municipal.
La Constitución Política del Estado de Veracruz (Art. 69) y la Ley Orgánica del Municipio Libre (art. 20) enlistan los requisitos para ser edil: ser ciudadano veracruzano en pleno ejercicio de sus derechos; no pertenecer al estado eclesiástico, ni ser ministro de algún culto religioso; no ser servidor público en ejercicio de autoridad; saber leer y escribir y no tener antecedentes penales. La ley no distingue capacidad ni preparación, cualquiera puede ser alcalde, de lo contrario no nos explicaríamos que 103 presidentes municipales veracruzanos, casi la mitad, no cuentan con carrera profesional o técnica.
Así, el tema de la ampliación del periodo municipal debe pasar primero por la preparación y la capacitación de las nuevas autoridades, por la fiscalización estricta de los recursos públicos y por la obligatoria continuidad de los programas y planes de desarrollo, porque el municipio no se destruye ni se funda cada tres años.

luisromero85@hotmail.com

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