domingo, 15 de agosto de 2010

Elogio al “error humano”

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

A mí, la verdad, me causó mucha risa la declaración de la magistrada esa que dijo que ahora cualquier pénjamo o pénjama puede ser magistrado, porque todos, no nos hagamos pénjamos, en algún momento hemos pensado: “ahora cualquiera pendejo puede ser…”. En fin, este asuntito me recordó que los mexicanos somos unos chingones y hasta entre nosotros mismos nos pendejeamos, ¿o no?
El caricaturista Antonio Garci, entrevistado a propósito de su reciente libro Pendejadas célebres en la historia de México, al preguntarle qué hubiera pasado si Luis Echeverría hubiera elegido como su sucesor a don Jesús Reyes Heroles en lugar de a Jolopo, contestó:
“En cuanto a las sucesiones considero que ha habido congruencia, pues de cada presidente siempre se dice ‘ah, qué pendejo es’”. Entonces, el sucesor tiene que serlo aún más y así, en esa línea, creo que muy pronto seré presidente del país”. ¿No se los decía?
Garci agregó que la pendejada es gozosa, divertida, humana, pero “ahora en lugar de pendejada la llaman ‘error humano’, y eso no está bien”. Pues claro que no, nos quitan lo sabroso, por picoso, de lo mexicano. No chinguen. Por eso mejor les dejo la siguiente pendejada, que quizás algunos recordarán, pa’ que no me la pase pendejeando yo solo.
“Un día aparece en las noticias que han muerto dos parralenses, bajo las balas, al intentar huir de la migra. El presidente municipal de Parral lee las noticias durante su almuerzo madrugador de las 11:30 a.m., curándose una cruda horrenda con unos chilaquiles bien picosos y una caguama bien fría.
Sale de su casa patinando llanta y llega encabronadísimo a la presidencia municipal diciéndole a su secretario:
–Secretario, comuníqueme inmediatamente al pentágono.
–¿Adónde, señor presidente?
–Al pentágono, pendejo, esos pinches gringos van a pagar lo que le hicieron a nuestros paisas.
El secretario, como puede, lo comunica al pentágono y pide hablar con el secretario de Guerra de los Estados Unidos, de parte del presidente municipal electo de San Francisco del Oro, Parral. Cuando está lista la comunicación:
–Óigame, hijo de la rechingada, le hablo pa’ avisarle que el municipio libre y soberano de Parral, Chihuahua, le declara la guerra a los Estados Unidos por la muerte de nuestros paisas, asesinados por la migra.
–Disculpe, no entiendo, ¿quién habla?
–No se haga pendejo, cabrón, soy el presidente municipal electo de Parral y se los va a cargar la chingada, ojetes.
–Oiga, disculpe, pues, ¿dónde está Parral?
–Mira, jijo de la chingada, no te hagas, ya sé que tienes a tus agentes de la CIA infiltrados en mi gobierno para desestabilizarme. Parral, si no te acuerdas, está al sur de la capital de Chihuahua, México.
–¡Ah! ¿Así que ustedes nos declaran la guerra?
–Sí, culero, y no se rajen cabrones, les vamos a partir la madre.
–Oiga, ¿sabe usted con quién habla?
–¿Pos, qué me quieres hacer encabronar, pendejo?
–¿Sabe usted que está declarándole la guerra al país más poderoso del mundo?
–Pues mira hijo de la chingada, a nosotros nos la pelan, pendejo, les vamos a dar una chinga.
–¿Ah, si? ¿Y tienen armamento?
–No, pos sí. Ta la municipal que tiene ya policías en bicicletas, además algunos compas que se dedican a la chutama, pues tienen sus cuernos de chivo y sus pistolas, pero no hace falta más, pendejo. ¡Somos muy hombres, pendejo! Y ya se los cargo, ora sí.
–Bueno, pues…¿Si sabe usted que los Estado Unidos de Norteamérica, en menos de tres horas puede lanzarle 1,000 misiles, enviar ahí 300 aviones de combate y bombarderos, 700 helicópteros artillados, además de que llegarán 3,000 soldados apoyados por diez divisiones de tanques?
–¡¡¡Ah, cabrón!!! Perdón, ¿cuántos soldados dijo?
–Tres mil. ¿Cómo la ve?
–¡¡¡Ah, cabrón!!! Péreme tantito, ahí le marco de nuevo.
Al rato vuelve a sonar el teléfono en el pentágono:
–Oiga, pos…¿Sabe qué?, nos rajamos
–¿Pues no que muy hombres?
–Somos muy hombres, pendejo. Nomás que pos nos recortaron el presupuesto, las cosechas no han estado buenas, salió poco maíz y pues con la sequía se nos murieron algunas vacas y no quedan gallinas y pues cómo chingados le vamos a hacer para alimentar a 3,000 soldados prisioneros, pero de todos modos, ¡¡¡chinguen a su madre!!!

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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