Inmunidad

Salvador Muñoz
Los Políticos

Llega Agustín a un banco. Pide ser atendido por el gerente pero éste le dice que espere un momento pues está atendiendo a un cliente, por cierto, muy importante.
Refunfuña Agustín. Espera un momento y a los pocos minutos (uno o dos) se retira con un “gracias” seco, al momento de enfilarse a la salida con zancadas largas… Se desesperó.
Pero no es la ausencia de paciencia lo que resalta en Agustín sino un caso muy particular: no trae guardaespaldas.
A la salida de Coatepec, por el camino antiguo, una Rover se asoma para tomar la carretera hacia al Pueblo Mágico; en el vehículo, un solo hombre: Víctor.
Al igual que Agustín, tampoco trae guardaespaldas.
El primero, hermano del gobernador. El segundo, titular de la SEV.
Un caso más. Miguel Ángel, desde hace aproximados seis meses, pareciera que provocó que todos los demonios del Edén se desataran contra él; vaya, un moderno Job, objeto de los juegos perversos de dos fuerzas que apuestan sobre la ecuanimidad del hombre.
Día tras día es el personaje favorito de columnistas y notas que detallan todo lo malo que es Miguel.
Sin embargo, Miguel igual simula ser un político Unbreakable (El Protegido, su título en español), como el personaje que protagonizara Bruce Willis, aquél que tenía el poder de la inmunidad.
Sí, parece que a Yunes Linares no le inmutan los señalamientos que hay en su contra de todos los males que puede haber no sólo en Veracruz, sino en Cancún, en el Issste, en el PAN y Fovissste…
Si no lo comparara con Unbreakable sería Mi villano favorito.
Sendos personajes, Agustín, Víctor y Miguel, gozan de un elemento que los hace tan iguales… pareciera que no tienen miedo.
Sí, se puede decir que tienen razón, de que vivimos en un estado “seguro”, tan “seguro” que en breve, en el altiplano, Sergio López Esquer habrá de recibir un reconocimiento por mantener a Veracruz como un estado netamente “seguro”.
Paradójico, a donde llega López Esquer, lo acompaña una gran comitiva de guardaespaldas.
Por supuesto, las estadísticas, los números, los medios de información, posicionan a Veracruz en la condición de “Seguro”.
Y en esa posición no tienen voz la familia de Eugenio aun con sus presuntos asesinos tras la cárcel; ni los parientes de Fouad Hakim, un vacío que tiene pendiente la Procu; ni Evaristo Ortega, quien está a punto de convertirse en un recuerdo de pocos; o de Christian Morales, joven que trabajó al principio del enio al lado del Gobernador Fidel Herrera Beltrán, o aquellas familias, negocios, tiendas que simplemente fueron víctimas del “Señor Barriga” porque cada mes les pasa a cobrar “la renta”.
Nadie de los citados en el párrafo anterior tiene la tranquilidad de Agustín, Víctor o el poder de Miguel, para disfrutar del reconocimiento que habrá de recibir Sergio López Esquer por lo logrado en Veracruz.
Y la respuesta es muy sencilla: el miedo y el dolor son cosas que muchas de las veces, muchos veracruzanos, en el norte, sur, centro o donde sea, lo viven en sus cuatro paredes porque ya no saben en quién confiar… Ni en sus vecinos ni en la familia, ni en sus autoridades… Porque dejaron de saber lo que es la inmunidad.

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