martes, 31 de agosto de 2010

La sociedad civil organizada, protagonista del siglo XXI

Arturo Reyes González
Burladero

Hace poco hacíamos referencia a la escasa participación de la ciudadanía, de las ONGs u Organizaciones No Gubernamentales, de las asociaciones civiles y de grupos sociales organizados en los “festejos” con motivo del bicentenario y centenario de la Independencia y la Revolución Mexicana; lo anterior, ante la evidente falta de difusión y las pocas actividades que nuestro gobierno a nivel federal ha planteado para celebrar.
Y es que debe de ser una idea recurrente el hecho de que seamos los ciudadanos “comunes y corrientes” quienes ante la falta de respuestas a nuestras inquietudes, tanto personales como sociales, seamos quienes tomemos la iniciativa a través de nuestras acciones para empezar a encausar o dar rumbo a lo queremos que suceda o cambie.
Debemos de tomar la decisión, decidirnos a actuar, a iniciar un proceso que es irreversible, claro, si es que queremos que “algo” suceda en este país para bien de todos, empezando por los más necesitados; debemos llevar al escenario de cambio nacional el nuevo papel que debe de jugar –de inmediato– la sociedad civil organizada, como actor fundamental en el siglo que inicia.
Se requiere de informarse, se requiere de dejar por un momento de lado lo que nos es más cómodo (como callar y no señalar) y pensar en el beneficio colectivo, se puede, más allá de que parezca el tradicional mensaje de autosuperación personal o de ánimo social; y un ejemplo de lo anterior es el trabajo que ya se viene realizando –a lo largo de los últimos 11 años– en redes como las que operan en www.idealistas.org, donde a nivel mundial personas como usted y como yo, amable lector, lo que les interesa es aportar a mejorar nuestras condiciones de vida.
Allí se plasma el ejemplo de cómo es que se puede donar lo que a nosotros no nos sirve en el momento, lo que con nuestro trabajo físico, intelectual y económico podemos hacer por ayudar a otras causas o grupos sociales alrededor del mundo.
Hay estancias para aprender un oficio, una tarea; asesorías de todo tipo, experiencias de trabajo y de vida, hay quien te tiende la mano para que te sumes a creer que mejorar es posible.
Un dato que recuerdo y me quedo muy claro de lo mal que estamos, (a propósito de los festejos nacionales) es el hecho de que con los 2 mil 971 millones 600 mil pesos destinados a los citados festejos por parte de nuestra autoridad, se podría aumentar el sueldo durante dos años a todos los policías municipales del país (www.aguafiestas.mx)
Pero, además, cuántas obras, cuánta ayuda, cuántas aulas, calles, obras hidráulicas –por cierto–, cuántas obras y acciones prioritarias se pudieron concretar con ese dinero en beneficio de mexicanos que lo necesitan para sobrevivir, y no en beneficio de unos cuantos, de los que los mismos medios de comunicación han dado cuenta, gastan de manera poco clara, asignando contratos a quienes les conviene y nada más.
Es la manera de poder lograr una cierta independencia de nuestros políticos con los que muchas veces no estamos de acuerdo o conformes, es la manera de hacer que la gente piense en lo que es prioritario y no en lo urgente, en que por fin pueda reflexionar acerca del valor de su voto, de su participación tanto en lo social como en lo político sin antes ponderar la despensa, los útiles regalados, las cubetas, sombrillas y demás espejitos electorales.
Y entonces sí, a ver cómo nos iría con los diputados, alcaldes y otros personajes que nos sirven y “administran” los bienes del estado en nuestro beneficio.
¿Vale la pena iniciar? ¿Se lo imagina?

argo_reyes@hotmail.com

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