domingo, 29 de agosto de 2010

¿Usted desciende del mono por su abuelo o por su abuela?

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Creo que fue Bertrand Russell quien dijo que en todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras. Tenemos entonces que dudar sobre todo lo que nos rodea, pa’ luego sentar de nueva cuenta nuevas bases y continuar desarrollándonos, siempre hacia algo mejor cada día.
En fin, que en el portal smilepanic.com se asienta que Napoleón Bonaparte en realidad no era chaparro, porque medía poco más de 1.70 metros en una época en que la estatura promedio de los franceses era de 1.69 metros. ¡Sopas! Lo que pasa, dicen los historiadores, es que solía hacer sobremesa y embriagarse con soldados de bajo rango, de ahí su fama de ser un comandante bajo, es decir, de baja categoría, lo cual sus “cuatachos” ingleses utilizaron para hacerle contra propaganda de ser un general de "poca estatura".
En la escuela hemos aprendido otras tantas cosas que ahora vienen y nos dicen que son purititas mentiras o verdades a medias. El chiste es que el león no es como lo pintan, no todo lo que brilla es oro, más vale pájaro en mano… ah, no, eso es otra cosa. Vaya, que ahora que entramos al mes de septiembre les recomiendo el libro Mitos de la historia de México: de Hidalgo a Zedillo, de Alejandro Rosas, o visiten el sitio difusoronline.com, donde encontrarán deliciosos datos históricos que luego, con gusto, les comentaré.
Pero también están aquellas supuestas verdades que damos por sentado sin chistar, como esa de que a los ratones les gusta el queso. Nel, mis fans lectores. Investigaciones realizadas por la compañía de control de plagas Rentokil demostraron que antes que el queso, los ratones prefieren los alimentos con alto contenido de azúcares, como frutos secos, manteca y cacahuates. ¿Qué tal, eh?
Mi estimado Eduardo Galeano escribió: “Darwin nos informó que somos primos de los monos, no de los ángeles. Después supimos que veníamos de la selva africana y que ninguna cigüeña nos había traído desde París. Y no hace mucho nos enteramos de que nuestros genes son casi igualitos a los genes de los ratones”. En la torre.
Sí, Lalito Galeano, “ya no sabemos si somos obras maestras de Dios o chistes malos del Diablo. Nosotros, los humanitos: los exterminadores de todo, los cazadores del prójimo, los creadores de la bomba atómica, la bomba de hidrógeno y la bomba de neutrones, que es la más saludable de todas porque liquida a las personas pero deja intactas las cosas, los únicos animales que inventan máquinas, los únicos que viven al servicio de las máquinas que inventan, los únicos que devoran su casa, los únicos que envenenan el agua que les da de beber y la tierra que les da de comer, los únicos capaces de alquilarse o venderse y de alquilar o vender a sus semejantes, los únicos que matan por placer, los únicos que torturan, los únicos que violan. Y también los únicos que ríen, los que sueñan despiertos, los que hacen seda de la baba del gusano, los que convierten la basura en hermosura, los que descubren colores que el arcoíris no conoce, los que dan nuevas músicas a las voces del mundo y crean palabras, para que no sean mudas la realidad ni su memoria”.
Y como preguntó un obispo de Oxford a los lectores de Darwin: “¿Usted desciende del mono por su abuelo o por su abuela?”.

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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