viernes, 10 de septiembre de 2010

La “Ch”

Salvador Muñoz
Los Políticos

¡Que Dios bendiga a todos mis detractores! Soltó Duarte.
Se refería a la burla que hace “Brozo” de su voz.
Y es que durante la visita que hace Javier Duarte al Tribunal federal para hacer uso de lo que se llama “Alegato de oreja”, el payaso “Brozo” lo utiliza como un “alegato de voz”.
Sí, peculiar sin duda es la voz de Javier Duarte (sin escuchar la mía, por supuesto, por eso escribo y veo frustrado mi sueño de ser locutor), lo que provoca que “Brozo” la tome en broma diciendo que si le dieron helio, que si las ardillitas, que si las revoluciones, que hasta una talla más grande de calzones sugiere a Javier para la voz.
El ataque, por supuesto, no es al político, es a la persona de Duarte.
¿Válido?
Por supuesto. Javier sabe que en este juego de la política se juega también sucio.
Si no, que lo digan aquellos que han pasado su domicilio a Enríquez y han sido vecinos de la Catedral de Xalapa durante seis años… bueno, menos uno.
Todos han sido víctimas del escarnio popular, de la sorna… de la burla…
El asunto es cómo lo toma el político.
Me consta que Javier Duarte goza de excelente humor, tanto que un día, en el World Trade Center, me acerqué por su lado ciego y le dije: “Si le dicen el Delfín, si tiene cuerpo de Delfín y tiene voz de Delfín ¡es el Delfín!”. Se volteó sorprendido y cuando me vio sólo dijo: “¡Chava!” Me saludó y convencido me dijo: “Vamos bien”.
Sí, hay que tener humor.
Y como sabía que un día lo iban a castrar por lo de su voz, me propuse un día recomendarle la dieta del pescado, para que engruese la voz: “pescado por los…”
Sí, Javier Duarte sabe que las mofas a su físico no cesarán porque estamos dados a burlarnos del exterior, ya seamos gordos, flacos, altos, chaparros, voz aguda, gruesa, amanerados, mujeriegos, borrachos o mochos… ¡a todo le buscamos!
Y sí, Duarte no será la excepción de caer en la maldición de la “Ch” para los gobernadores que han pasado por los sexenios de los sexenios lo que, por supuesto, no tiene ningún fin ofensivo, sino de comentario que se hace en café, en plática y en desmadre.
¿La maldición de la “Ch”?
¿Qué es eso?
Pues mire…
A Miguel Alemán Valdés le decían “el Chavo”, por ser de los presidentes y gobernadores más jóvenes que ha tenido el país… a los 33 en Veracruz, a los 36 en el país, si no me fallan las cuentas…
A Adolfo Ruiz Cortines le decían “el Chocho”, porque llegó algo grandecito…
A Marco Antonio Muñoz le decían “el Choto”… por la delicadeza con que se dirigía a sus semejantes y su musical voz.
A López Arias le decían “el Chueco”, por un tiro que le dieron en la cara que hizo que se le fuera de lado la boca.
A Antonio Modesto Quirasco le decían “el Chato”…
A Rafael Murillo le repitieron la dosis por su edad y le acomodaron “el Chocho”…
A Rafael Hernández Ochoa le decían “el Charro” porque gustaba montar a caballo, tanto que una vez se fracturó un brazo por caer en cabalgata.
A Agustín Acosta Lagunes, subrepticiamente le decían “el Choto”, por la estridencia de su voz y sus gustos delicados y exquisitos…
A Fernando Gutiérrez Barrios le decían “el Chicken”, o sea, “el Pollo”, aunque más bien parecía “gallito japonés”…
A Dante no se incluye por no haber sido electo…
A Patricio Chirinos Calero le decían “el Chupes”… obvio comentar por qué.
A Miguel Alemán Velasco le decían “el Chido”… pensábamos que como tenía un chingo de dinero iba a hacer de Veracruz otra cosa pero resultó “el Chasco”…
A Fidel Herrera Beltrán le acomodaron “el Chango” (sin albur) en los oscuros rincones de la política veracruzana…
A Javier Duarte por lo mientras, le queda “el Chavo”, a sus 37 años llegará como Gobernador de Veracruz, aunque es seguro que sus detractores le digan “Chanchito”…
¿Y qué le queda entonces a Javier Duarte?
Algo muy sencillo, aguantar con la maldición de la “Ch” y pedir para sus detractores “que Dios los bendiga”…
¡Ah! Y a este columnista ¡mandarlo a la “Ch”!

e-mail: dor00@hotmail
Twitter: @cainito

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