jueves, 30 de septiembre de 2010

México renovable

Arturo Reyes González
Burladero

En el marco del Foro de Eficiencia Energética, evento que se llevó a cabo en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores en la ciudad de México el pasado martes, el vicepresidente de sectores y conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Santiago Levy, anunció que canalizarán tres mil o hasta cuatro mil millones de dólares en América Latina, para proyectos de cambio climático, eficiencia energética y energías renovables.
Además, agregó que nuestro país tiene un gran potencial para que se puedan seguir haciendo proyectos en ese sentido, por lo que dialogarán con el gobierno mexicano. De hecho, este organismo ya ha financiado proyectos en nuestro país a través del fideicomiso para el ahorro de energía eléctrica (FIDE) para ahorro y eficiencia energética, así como para el desarrollo de energía eólica.
Pero, por otro lado, de acuerdo con información del mismo Banco –viene lo lamentable–, se confirma que mientras que en el presente año la asignación autorizada por el gobierno mexicano para el endeudamiento con el BID fue de tres mil millones de dólares, ya se tiene proyectado que para el 2011 el monto será menor, esto ya que hay menores requerimientos de financiamiento.
Cabe señalar que todos los financiamientos que México solicita al BID están sujetos a la aprobación del presupuesto de egresos que defina el congreso, ellos toman la decisión sobre el nivel de endeudamiento de acuerdo al mismo.
El hecho de ser “precavidos” y requerir menos financiamiento, estamos de acuerdo en que se trata de una medida financiera responsable, que no permite al estado endeudarse sobremanera, poniendo en riesgo sus finanzas básicas de operación, y sobregirando su capacidad de pago.
Sin embargo, me parece que en lo que se refiere a proyectos de cambio climático, eficiencia energética y energías renovables, del que ellos mismos ya nos están dando la pauta al destacar “nuestro país tiene un gran potencial”, nuestro gobierno debe evaluar el correr el riesgo de apostarle y sobre todo impulsarle; creo que no se trata de deuda sino de inversión que puede redituar y generar dividendos en beneficio primero, de nuestra sociedad y después del país mismo, encaminándonos a un futuro viable en materia energética.
¿O qué acaso no hay acaso en México proyectos, talento, visión que bien valga la pena financiar y que sean redituables como para entrarle?
Uno de los aspectos que siempre he criticado del gobierno en todos sus niveles, más allá de siglas partidistas, es que no se le dé una amplia y total difusión a las opciones de becas, créditos, financiamientos y otros que existen y de las que ellos –de una u otra manera– tienen conocimiento, si es que no saben de todas.
¿Quiénes dentro de las estructuras de gobierno tienen acceso a esta información? ¿Por qué no es una prioridad nacional el difundirla? ¿Cuántas oportunidades y opciones habremos dejado ir ya?

argo_reyes@hotmail.com

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