viernes, 15 de octubre de 2010

Buenas intensiones, malos resultados

Arturo Reyes González
Burladero

Además de mal calificados por su desempeño en distintos sondeos de opinión a nivel nacional y estatal, los diputados tanto federales como locales de todos los partidos políticos, cuentan en la lista de calificativos de su imagen con los de levantadedos, flojos, irresponsables, aprovechados, “chapulines” y hasta transas, rateros y rijosos. Adjetivos atribuidos por la propia ciudadanía.
El día de ayer ase publicó una nota informativa del diputado local, Raúl Zarrabal Ferat, de extracción priista, joven dinámico y capaz, quien en una parte señalaba que los actuales diputados “tuvieron el mayor interés por legislar a favor de los veracruzanos” y que califica con 8.5 el desempeño de sus compañeros que ya se van.
Más allá de la opinión que los representados por cada diputado local que culmina su ciclo tengan de ellos, y que puede variar mucho de un ciudadano a otro ¿Cuál cree usted que será la calificación que la ciudadanía veracruzana le asigne al Congreso Local y sus miembros?
¿Cuántos ciudadanos tienen una buena opinión de sus representantes en la cámara de diputados? ¿A qué se debe que la gran mayoría de las opiniones del veracruzano y mexicano común sean negativas? ¿Será acaso porque nos enteramos de todo lo negativo que hacen y les sucede, y no de lo positivo que puedan concretar?
Tuve la oportunidad de colaborar en el 2005 en la oficina del entonces diputado local por Perote, José Yunes Zorrilla, quien además de presidir la Comisión de Hacienda Municipal, era vocal de la Comisión Especial de Marco Normativo Institucional del Estado y Vicecoordinador Parlamentario para Asuntos Económicos de la LX legislatura.
En aquel entonces tuve la oportunidad de poder ver desde adentro parte de la operación del trabajo legislativo. Así como había sendas reuniones de trabajo para poder resolver los asuntos correspondientes a cada comisión, se daban otras de intenso cabildeo entre los grupos parlamentarios de cada fuerza política, para sacar adelante los temas de su interés.
De esta manera, puedo dar testimonio de que sí hay trabajo por parte de los diputados, de que los empleados de las distintas áreas conocen de su oficio, tienen experiencia y son profesionales, que en varios casos es lo que permite sacar adelante el trabajo del Congreso. Vaya un reconocimiento pues, ya que es de muchos veracruzanos conocido que en repetidas ocasiones los diputados que recién se estrenan llegan sin conocimiento absoluto de su encargo.
Que hay otros que protagonizan escándalos, también es cierto. Había días entre semana que uno podía ir a la discoteca de moda o al restaurante botanero, y ahí encontraba a algunos de ellos disfrutando de algunas bebidas refrescantes junto a otros legisladores locales y sus asistentes.
Al otro día uno entendía claramente que se justificara ante el pleno la ausencia de los legisladores por “tener que atender asuntos propios de su comisión”. Son personas públicas pero humanos, tienen derecho a equivocarse, pero hay maneras de hacerlo. Algo que no les ayuda es que a muchos de ellos, provenientes del interior del estado, la gente de sus lugares de origen los vean partir de una manera y a los pocos meses regresen de la capital del estado totalmente cambiados.
Ahora, parte y parte. Un amigo legislador me comentaba hace tiempo que le resultaba más barato que hablaran mal de él o acudir a su distrito, porque cada que iba a ver a la gente le llovían cientos de solicitudes de apoyo de todo tipo, como si fueran Santa Claus o los Reyes Magos. Becas, computadoras, laminas, cemento, material de construcción, pintura, dinero en efectivo, medicinas, casas, terrenos, para la iglesia del lugar, para una operación medica, para unos 15 años, hasta que interviniera para sacar a una persona acusada de varios asesinatos, solicitudes de todo tipo.
Como en distintas situaciones de la vida, hay cosas buenas y hay cosas malas. Hay de todo en la viña del señor. Y también como dicen una cosa dicen otra. Pero no tiene la culpa el indio si no quien lo hace compadre.
Lo que tienen que hacer los legisladores es transmitir certezas, no escándalos. Ahí está el secreto del inicio de su cambio de imagen, si es que les interesa ese aspecto. Y no mi estimado amigo Raúl Zarrabal, tú bien sabes que de buenas intenciones esta lleno el mundo, pero con eso no basta.

argo_reyes@hotmail.com

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