viernes, 8 de octubre de 2010

Cien Años

Brenda Caballero
Números Rojos

Estaba poniéndome mis tacones (para aumentar mi corta estatura) cuando escuché en el noticiero con Loret de Mola: “El gobierno colocó un Bono de Deuda por un mil millones de dólares a 100 años”, acto seguido aparecía en entrevista el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero (del que sólo tiene el apellido), orgulloso expresó: “es algo insólito, más bien, es algo que nunca se había visto”, refiriéndose principalmente al monto, no al tiempo…
Primero pensé ¿será para celebrar el centenario de la Revolución?...Vaya celebración…
Después retumbó en mi cabeza: ¡100 Años!… 100 años diferentes a los de la Soledad de Gabriel García Márquez, a los del amor eterno de Pedro Infante… ¡cien años de deuda! ¿Vale la pena sentir orgullo porque se alargó el pago de una deuda? ¿Ésa que pagaremos nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos?
Los que tenemos deudas sabemos lo que cuesta pagar las tarjetas, el carro, la casa. Año tras año y la mayoría quisiéramos liquidarlas lo más pronto posible ¿o no?
Imagine usted que tiene un préstamo de nómina por diez mil pesos a tres años, ya ha pagado dos años con intereses, y solamente le restan tres mil pesos de capital, entonces sueña el teléfono y es un ejecutivo del banco (ésos que siempre están pendientes de todo, más aún si no ha pagado) y le dice: “mire, tenemos una gran promoción, y como usted es nuestro cliente distinguido porque ha mostrado una gran administración financiera al efectuar sus pagos al corriente, le proponemos que nos pague los tres mil pesos que le restan de capital a cinco años con una tasa del tres por ciento (usted pagaba el diecinueve por ciento), además, en lugar de pagar seiscientos pesos mensuales solamente pagara sesenta pesos (aclaro, cifras ficticias sólo para ejemplificar)”, y continúa la voz entusiasta diciendo: “piense usted lo que puede comprar con quinientos pesos mensuales que ahorrará, ya no se verá presionado al pensar que le descontarán seiscientos, podrá incluso invertirlos…”
Entonces, usted tendrá que decidir pagar luego con sacrificios o alargar, el plazo de pago. ¿Usted qué haría?
Esta es una comparación a escala del comportamiento del famoso Bono Centenario, en donde la atracción principal es la baja tasa de interés (6.1 por ciento), y de la que el Gobierno federal presume diciendo que México se convirtió en el primer país latinoamericano en colocar un bono global a 100 años por un mil millones de dólares.
Pero… ¿Por qué hacer esta operación financiera? Sencillamente porque el Gobierno no tiene liquidez, entonces necesita pagar menos para tener recursos monetarios y poderlos invertir en infraestructura, programas sociales de salud, educación, seguridad, entre otros.
Pero la deuda sigue allí, y seguirá hasta que la liquide nuestro país, el 5 de octubre de 2110 (en donde yo ya ni existiré tres metros bajo tierra).
El bono de 100 años no es una operación novedosa. En 1996 China lo hizo por 500 millones de dólares, aunque parece que ellos invirtieron bien, pues actualmente China se enfila a ser la primera economía mundial, superando a los Estados Unidos.
Sin embargo, según Luis Flores, analista del grupo financiero Ixe, la colocación del Bono por México evidencia la debilidad financiera del Gobierno federal, pues tiene que recurrir a nuevos endeudamientos para sacar adelante proyectos de inversión aunque en términos generales, puede considerarse como buena y conveniente para el país ya que mejora el perfil de la deuda externa con mayores plazos de vencimiento y menores tasas de interés.
Y por si esto fuera poco, ayer la agencia Reuters difundió que la colocación de este bono es “el primer paso de una operación de hasta 80 mil millones de dólares, que forma parte de la estrategia del Gobierno federal por colocar instrumentos a largo plazo” o sea ¿Cuántos años más acumularemos? Alguien diría en un estilo muy mexicano ¡pues que se endeude, total, no lo voy a pagar yo! Pero, ¿es justo para las futuras generaciones pagar lo que otros gastaron, heredar solamente deudas en lugar de recursos naturales? Creo que ya tienen suficiente con el aire contaminado, la deforestación, el cambio climático, los animales en extinción, la inseguridad y las enfermedades como el sida.
Creo que el Gobierno federal ha encontrado “el buen camino” pues el pasado miércoles inició en Tokio la promoción de un nuevo bono ya no Centenario ni Bicentenario sino samurai con vencimiento a 10 años.
La emisión de deuda en el mercado japonés sería por 150 mil millones de yenes (un mil 800 millones de dólares aproximadamente), el mismo monto de una emisión de bonos samurai que México llevó a cabo en diciembre del 2009.
¿Por qué tanta prisa en colocar bonos? Simple: la SHCP señaló que con la colocación de estos bonos se cubren las amortizaciones de deuda externa de mercado del gobierno federal para el resto de la administración del presidente Felipe Calderón.
¿Qué nos queda a los mexicanos? Solamente cantar a lo Pedro Infante: “Y sin embargo sigues, unida a mi existencia y si vivo cien años, cien años pienso en ti”.

brendacaballero1@hotmail.com

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