miércoles, 6 de octubre de 2010

Los donativos y la SEV

Luis Alberto Romero

El 18 de septiembre tocó tierra en Chachalacas, muy cerca de Cardel y del Puerto de Veracruz, el huracán Karl, considerado como el más devastador en la historia de la entidad. Una semana después, el agua que trajo Matthew dio la puntilla a más de la mitad del territorio estatal; las zonas más afectadas son Veracruz-Boca del Río, la Cuenca del Papaloapan y prácticamente todo el sur.
Las inundaciones y los desbordamientos provocaron enormes pérdidas; las viviendas, las vías de comunicación y los medios de producción fueron severamente afectados; el saldo de las lluvias del último mes implica una emergencia sin precedentes en la historia de Veracruz.
Así, el esfuerzo de las diferentes instancias de gobierno –unas más que otras– y de la propia sociedad civil para atender la emergencia y resolver las necesidades básicas de los damnificados, es sobresaliente.
Cientos de voluntarios han llegado a las zonas siniestradas para contribuir en labores de limpieza. De igual manera, cientos de centros de acopio se han instalado para recibir y canalizar ayuda humanitaria. Lo lamentable tiene que ver con la operación de centros de acopio irregulares, aquellos que reciben donativos pero no los entregan a damnificados.
Recientemente, la Secretaría de Educación de Veracruz anunció una campaña para que el personal de esa dependencia realizara donativos, a fin de ayudar a la población damnificada. El resultado de esa actividad habla, sin duda, de la solidaridad y de la buena fe del pueblo veracruzano, porque la SEV reunió, según las cifras dadas a conocer recientemente, cinco millones 722 mil 798 pesos, así como 28 toneladas de víveres en los centros de acopio establecidos en las delegaciones regionales.
Y es que las inundaciones dejaron tocada a la infraestructura educativa del sur del estado, donde casi mil escuelas sufrieron afectaciones.
Lo de menos es hablar de los más de cuatro mil 600 trabajadores de la educación –maestros, personal administrativo y de apoyo– que resultaron afectados, porque cerca de un millón de veracruzanos se encuentran en la misma condición.
Lo que llama la atención, en todo caso, no son los números arrojados por la colecta de la SEV, ni los cinco millones, ni las 28 toneladas de víveres, porque ya sabemos que el veracruzano es, generalmente, solidario y generoso. La nota tiene que ver con la necesidad de una correcta aplicación de los donativos y también con lo importante que resulta la transparencia y la rendición de cuentas en estos casos.
Wenceslao Vargas Márquez, representante del grupo Institucional de la sección 32 del SNTE, mostró su desconfianza al respecto, al afirmar que la creación de un comité de transparencia, responsable del manejo de los recursos depositados en las cuentas abiertas por la SEV para la ayuda a damnificados, no es suficiente para garantizar que los recursos serán bien aplicados.
Vargas Márquez habla en buenos términos de la calidad moral del comité de transparencia, pero también propone difundir de manera sistemática el destino de esos recursos porque, finalmente, no se trata de dinero enviado por el gobierno, sino entregado o depositado por la sociedad civil, personas a las que se les debe rendir cuentas.
Lo evidente, por otro lado, es que ante la falta de credibilidad de las dependencias de gobierno –como en este caso la SEV–, se tiene que recurrir a un comité de transparencia que vigile el manejo de los donativos y al mismo tiempo evite sospechas sobre un inadecuado uso de esos recursos.

Del TRIFE
Ayer, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, validó los triunfos de la alianza “Veracruz para Adelante” en Veracruz, Boca del Río y Coatzacoalcos, con lo que Carolina Gudiño Corro, Salvador Manzur Díaz y Marcos Theurel Cotero fueron ratificados como alcaldes electos.
No ocurrió lo mismo en el caso de Coxquihui, municipio enclavado en la sierra del Totonacapan, donde el proceso electoral fue anulado, debido al robo de casillas por parte de presuntos seguidores del PRI. En municipios como Coxquihui, la democracia existe sólo en el papel, porque la única ley que los caciques locales respetan es la ley de la selva.

luisromero85@hotmail.com

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