domingo, 24 de octubre de 2010

Nuevos medios de comunicación

Arturo Reyes González
Burladero

Entre medios electrónicos de comunicación y periódicos nuevos, la capital del estado vive una nueva etapa en materia de comunicación. El esquema del que en teoría debemos ser testigos los próximos meses debe ser beneficio para todas las partes involucradas en el desarrollo de los mismos.
Voceadores, anunciantes, repartidores, trabajadores de imprenta, administrativos, publicistas y sobre todo reporteros y ciudadanía en general deben de verse favorecidos ante este esquema de competencia por el mercado de los lectores de medios de comunicación, si es que ellos –tanto los nuevos como los tradicionales- quieren captar o mantener según sea el caso, la preferencia y atención de una buena cantidad de ciudadanos.
Si lo anterior se cumple, debemos ver notas que reflejen el sentir ciudadano, que proyecten las necesidades de los sectores sociales locales y algunos estatales más vulnerables; Notas y reportajes exclusivos que generen interés, opinión e incluso polémica cuando así se requiera. No se trata de ser sensacionalistas, aunque el morbo los tiente ante el interés que despierta.
Claro, todo lo anterior sin perder jamás de vista que los medios no dejan de ser en ningún momento empresas privadas con fines de lucro, que hay intereses, simpatías, amistades muy definidas de parte de los dueños, de los directivos, con alguna causa, con algún o algunos políticos o grupos sociales, empresariales y de poder. Qué claro hay de medios a medios.
Hay gente que ve, escucha, pero sobre todo lee noticias y se molesta de la manera en que son presentadas. Es cierto que existe un determinado compromiso por parte de los medios con la sociedad, con la objetividad, con la verdad que sabemos puede ser relativa y tiene que ver con el punto de vista de cada involucrado en un hecho, pero no se puede olvidar su naturaleza privada.
Lo que queremos los ciudadanos que tenemos la oportunidad de dedicar tiempo a ver el contenido de los medios, es una batalla por informar (no generar) contenidos de calidad, con visión, que aporten algo a la sociedad; Si no, corren el riesgo de que no sean leídos, de que su medio no circule ni se venda, lo que afecta su esquema de empresa, y acabe siendo uno más.
A final de cuentas es el lector el que elige con que medio de comunicación se identifica y ve reflejada su forma de pensar, quien tiene el poder de recomendar o de mal referir al mismo medio. Es quien va a decidir si entra en su casa u oficina, si sus familiares, amigos o compañeros lo ven, lo conocen y en muchos casos lo llegan a comprar.
Muchas familias, empresas y negocios decidirán entre invertir una determinada cantidad de dinero mensual, semestral o anual para suscribirse a un medio de comunicación, o asignar ese dinero a otra cosa. Ojala veamos un compromiso por mejorar el nivel de trabajo y de información, que la situación de los trabajadores que hacen posible al medio, vean una significativa mejora en el trato, en la valoración de su desempeño como profesionales, como egresados de una licenciatura y especialidad, y no se les pidan cuotas en la cantidad de notas en lugar de calidad, además por una mísera cantidad que se les retribuye.
Que recuerden los directivos de los medios de comunicación que son un reflejo de la sociedad, y la manera en que el medio se proyecta, lo es de las cabezas que marcan el rumbo.
Para el caso de los noveles, felicidades a El Heraldo por ocuparse en hacer periodismo, por buscar contenidos sociales de interés, por la apertura a la diversidad de opinión, por no censurar a sus colaboradores; El fruto del trabajo de la mesa de redacción no tardará en verse concretado de seguir por ese camino. De los sueldos a empleados, esperemos sea de la calidad de su desempeño, que es digno de reconocimiento.

argo_reyes@hotmail.com

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