martes, 19 de octubre de 2010

Pacho Viejo

Salvador Muñoz
Los Políticos

En una cárcel de Edmonton, Canadá, un preso golpea a un guardia. El motín inicia y conlleva al desastre. La situación se calma cuando las mismas autoridades penitenciarias prometen no volver a dejar a los internos sin cenar.
En una cárcel de Texas, se inicia una huelga de hambre. Entre los reclamos está que las autoridades penitenciarias han disminuido las raciones de alimento por la mitad. La comida la sirven fría y no les dan pan desde hace un mes. Interviene el gobernador.
En una cárcel de Veracruz, los reclusos se amotinan porque ya no recibían la misma cantidad de comida desde hace más de un mes… ¿hummm? ¡Sí! Más o menos cuando empezó la contingencia. Pensando mal, uno pudiera creer que los alimentos que estaban destinados a los presos ¿pudieran haberse visto desviados para ayudar a los damnificados?
El asunto es que en estos tres casos, los encargados de las penitenciarías, eufemísticamente llamados Ceresos, juegan con el estómago de sus presos o internos.
La visita del gobernador en Pacho Viejo mueve a muchas suposiciones después de que anuncia su presencia “para ver si era motín o mitón”… ¡qué bueno que no dijo “botín”!
Sin embargo, alrededor de esa visita, surgieron varias tesis que a continuación exponemos a la pregunta de ¿a qué demonios fue Tío Fide a Pacho Viejo?:
* ¿A llevar las tortillas…?
* ¿A conocer las instalaciones?
* ¿Para ver si son cómodas las celdas?
* ¿Quería saber si había suficiente espacio para ahora que termina el sexenio?
* ¿Conocer la celda donde estuvo Dante?
Bueno, ésas son sólo suposiciones que uno piensa acá, desde afuera, pero… ¿qué habrán pensado los reos cuando lo vieron entrar?
* ¡Cayó!
* ¡Carne fresca!
* Preso político
* Primero el sobrino… ¡ahora el tío!
* ¿Y por qué no trae a Toño Flores?
* Ya se van haciendo costumbre los gobernadores
* ¡Empezó la revolución!
* ¿Lo llevarán a las “frías”?
* Con esas pompitas de cebolla, difícilmente aguante la tabla…
* ¿Me prestará 15 pesos para un kilo de tortillas?
Pero igual, son meros “supositorios” que uno se hace como se habrá hecho el mismo Arturo Lara Decuir, director del penal, cuando vio entrar por la puerta al gobernador:
* ¡Me quedé sin chamba!
* ¿Vendrá de visita o…?
* Ojalá ya haya comido…
* Si no, que se eche un taco con la buenota de mi secre…
* ¿Se habrá enterado de los 500 pesos por “palito”?
* ¿Debí ofrecerle comisión?
* Le diré que si no había comida era porque cooperamos para los damnificados…
* O si no, que la Federación no ha enviado los recursos… es el cuento que he escuchado.
Pero… realmente, ¿qué estaría pensando el gobernador cuando decidió ir al penal de Pacho cuando en muchos Ceresos, a lo largo de su administración, ha habido motines?
A ciencia cierta, cualquiera que haya sido el motivo, será incomprensible como tanto lo es que alguien esté jugando con el estómago de los internos.
Y por supuesto… en el reino de Veracruz ¡no pasará nada! ¡Qué suerte tiene Lara Decuir!

PD ¡Disculpas a Lalo!
Quiero ofrecer una disculpa sincera al diputado pluri electo, Eduardo Andrade Sánchez, por la terrible omisión que hice de él, dentro de los personajes políticos que han hecho “osos” por un posible estado de embriaguez. Joaquín López Dóriga puede dar fe de ello.

e-mail: dor00@hotmail.com
Twitter: @cainito

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