jueves, 14 de octubre de 2010

Tomás, Toño y el oso ebrio

Salvador Muñoz
Los Políticos

Hubo un Rey que mató a un oso borracho.
Al pobre animal lo intoxicaron con vodka y miel y lo dispusieron para que el Rey pudiera matarlo.
Así, el Rey regresaría a su reino con una piel de su último safari en las estepas del Siberia.
Cuando el pueblo supo de la “hazaña” del Rey que (man)tenían, montó en cólera, pidió justicia para el oso, pidió cuentas al tesorero por el viaje del Rey a Rusia y pidió un análisis psiquiátrico en quien se ufanaba valiente matando a un oso ebrio.
Por supuesto, de todos los pedimentos que hubo, ninguno se hizo efectivo.
¡Era el Rey!
Por cierto, de España… Juan Carlos.
En México, sucede totalmente al revés.
No es que indique que se hace justicia a las demandas del pueblo, no… tampoco que los osos maten a los reyes porque no hay monarquías en México… hay virreinatos en los estados, pero no Reyes.
Me refiero a que aquí, hay tipos que se sienten “reyes”, se embriagan y hacen “osos”.
Creo que un grueso de la población veracruzana gusta de tomar cualquier tipo de licor y en ello, a veces, conlleva a lo que, alguna vez dijo Alberto Cortez en un hermoso poema: “El vino puede sacar cosas que el hombre se calla”.
Algunos tienden a declarar su amor a la primera mujer que se les atraviesa ¡o hasta al compadre! Afloran nuestras penas, nuestras alegrías, nuestros complejos y hasta lo valiente.
Dixit Alberto Cortez:
“El vino entonces libera la valentía encerrada/
Y los disfraza de machos, como por arte de magia/
Y entonces son bravucones, hasta que el vino se acaba/
Pues del matón al cobarde, sólo media la resaca…”
Hace unos meses, Tomás Ruiz González, el Golondrino, fue señalado de haber protagonizado un escándalo en estado etílico; hablan incluso de que agredió al dueño del local donde libaba.
También se habla de que será el próximo secretario de Finanzas… ¿estaría de acuerdo en que Javier Duarte de Ochoa le otorgue la titular en esa dependencia?
Algunos dirían que no, porque si así se comporta como ciudadano, qué no hará como funcionario.
Pero… ¿qué pasaría si hubiera sido funcionario cuando agredió?
¿Merecería el despido? ¿Acaso una sanción administrativa, una suspensión?
En algunos días veremos cómo resuelve Javier Duarte el enigma que le dio, sin querer, Tomás Ruiz… ¿le da el puesto a un hombre que se marea más fácil con poder que con alcohol, o no?
El asunto se complica más para Tío Fide, porque a escasos días de que concluya su administración, en medio de una contingencia y de tanto problema por fenómenos naturales, uno de sus empleados, el director de Patrimonio, Antonio Flores Vargas, protagoniza similar o peor escándalo que el del Golondrino, en contra de una persona.
El pasado miércoles, cuando compartía Arturo Reyes Isidoro (jefe de prensa de la DGCS) con Miguel Valera (IEV) y Noé Valdés (Punto y Aparte), el director de Patrimonio, en aparente estado de exaltación, se supone que por el alcohol, se dirigió a Arturo Reyes Isidoro con las siguientes palabras:
–¿Qué andas diciendo de mi papá? ¡Hijo de la chingada! ¡Pinche negro! ¡Pinche puto jodido! ¡Eres un pinche pobre! ¡Un puto diabético jodido!
Expresado esto, lanzó manotazos o golpes al aire que fueron evitados por los convidados y presentes del restaurante donde estaban.
Quien conoce a Arturo Reyes Isidoro, sabe qué tipo de persona es. Quien conoce a don Antonio Flores Cancela, igual sabe qué tipo de persona es. Ambos, son unos caballeros y con esa palabra se dice todo.
Quien no conocía a Antonio Flores Vargas, director de Patrimonio del Estado, ya sabe qué tipo de persona es.
Bochornoso. Tanto para don Antonio Flores Cancela como para el gobernador.
Por un lado, porque pone por los suelos la imagen de la familia; por otro, porque pone por los suelos a la administración del gobernador… ¿o el gober aplica la duartina: un Golondrino no hace verano?
¿Le llamará la atención Fidel Herrera a Toño Flores a pocos días de que concluya su administración? ¿Lo correrá? ¿Lo obligará a ofrecer una disculpa pública o personal a su señor padre y a don Arturo Reyes Isidoro? ¿Será la última vez que veamos como funcionario al director de Patrimonio del Estado?
La respuesta para esta interrogante que rodea a Toño Flores como en diferentes circunstancias a Tomás Ruiz será definida en los próximos días por el mismo Fidel Herrera como Javier Duarte.
Pero se advierte, queridos lectores, no les extrañe que tanto Toño como Tomás simplemente para sus jefes hayan matado a un oso ebrio... y como siempre, en el reino feliz de Veracruz, ¡no pase nada!

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twitter: @cainito

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