jueves, 14 de octubre de 2010

México, más cerca del diablo que de Dios…

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de l

Una lección de solidaridad, unidad y compañerismo nos dieron los chilenos, y yo diría que nos mandaron una bofetada para que despertemos, a pesar de que el gobierno mexicano diga que son dos cosas diferentes, que una cosa fue lo sucedido en la mina Pasta de Conchos, en México, y otra en la mina San José, en Chile. Es decir, que “una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”, como afirma un personaje de la película El Infierno. Vaya, La Chimoltrufia en acción: "Pos ya sabes que yo como digo una cosa digo otra, es que es como todo, hay cosas que ni qué, ¿tengo o no tengo razón?"
¿Quién tiene la razón? En entrevista con Carmen Aristegui, el obispo de Saltillo, Raúl Vera, expresó que en Chile, el Gobierno federal y los empresarios se unieron para un rescate de mineros, y en México se unieron para impedirlo. El prelado agregó: “En la mina Pasta de Conchos no se quieren recuperar los cuerpos, ya que si se encuentran juntos cerca del tiro de la mina, se confirmaría que estaban vivos y que esperaban a ser rescatados”. ¿Habrá tanta indiferencia y valemadrismo por parte de nuestras autoridades y empresarios involucrados en lo sucedido el 20 de febrero de 2006, cuando una explosión en la mina Pasta de Conchos sepultó a 65 trabajadores a 150 metros?
El obispo Vera hizo una comparación entre los dos casos: en Chile, los mineros atrapados se encontraban a 700 metros, mientras que en Pasta de Conchos se encontraban sólo a 150. ¿Pos que nos pasa? En México nos conmueve más y actuamos por un Teletón e Iniciativa México, pero olvidamos pronto y mandamos mucho a la chingada las muertes causadas por la guerra contra el narcotráfico y las provocadas por la incompetencia humana.
Pobre México nuestro, ojalá por lo menos entendamos las palabras de uno de los mineros rescatados, Mario Sepúlveda, quien expresó que "es el momento de hacer cambios, este país tiene que entender que hay que hacer cambios", en referencia a la inseguridad en que se desarrolla la actividad minera en Chile, y añadió que "los empresarios tienen que dar las armas para que los mandos medios hagan cambios. No podemos quedar así bajo ningún punto ni circunstancia".
El minero Sepúlveda elogió la gestión realizada por "el gran gobierno" de Sebastián Piñera, que ha desembocado en el éxito de la operación de rescate, y añadió: “confío mucho en las cosas que él hace, aparte de ser un empresario muy exitoso, se merece estar donde está porque la riqueza se la ha ganado con esfuerzo, con perseverancia". ¿Y en México, qué ondón? Ahí la llevamos.
Lejos estamos de esa humanidad y rescate oportuno de los mineros bajo tierra, del rescate de millones de mexicanos jodidos. México deshumanizado, peor que México secuestrado o fallido.
Luego de vivir dos meses bajo tierra, el minero Sepúlveda expresó: "Dios y el diablo me pelearon y ganó Dios". Pues quizás Chile esté más cerca de Dios, porque creo que México está más cerca de Estados Unidos y del diablo.
O si no, para no ser tan drástico, estamos más cerca de La Chimoltrufia, porque "Pa' que te digo que no si sí", "Bueno, uno de dos: o que tú no explicas bien, o que no entiendo porque tú no explicas bien”. Vaya, "¿puedo saber qué es lo que estás pretendiendo tratar de querer insinuar?". En fin, "No nos hagamos tarugos".

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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