Triste realidad las inundaciones

De risa los apoyos federales

Francisco Urbina Soto
Iniciativa Privada

En solo un mes, Veracruz ha sido devastado y vive uno de los peores desastres naturales ocurridos en las últimas décadas, duele ver como cientos de miles de personas damnificadas han perdido todo a causa de las inundaciones, por segunda ocasión nuevamente fueron evacuados los pobladores de la ciudad decretada por la Unesco, Patrimonio Cultural de la Humanidad, la ciudad de Tlacotalpan, la alegría y el bullicio de los jarochos quedó atrás, en estos momentos cientos y cientos de personas de diferentes puntos de la entidad y de otros estados se han sumado a la tarea de ayudar a nuestros hermanos en desgracia, la ayuda humanitaria fluye, pero cada vez son más las necesidades de las miles de personas refugiadas en albergues. El panorama no es nada alentador, caminos destrozados, carreteras cortadas y puentes colapsados, de las zonas agrícolas y ganaderas ni que decir, los reportes informativos de medios electrónicos e impresos dan cuenta de ello diariamente. Y lo más grave es que aún faltan una decenas de ondas tropicales por venir durante los meses de octubre y noviembre, según la Conagua, lo cual sin tratar de ser pesimista, las autoridades especializadas en hidrología simplemente nos alertan de que seguirá cayendo agua en territorio veracruzano. Los tlacotalpeños ya resignados evacuaron por segunda ocasión su ciudad, de nada valió que hace escasos ocho días retornaran e iniciaran la limpieza de sus viviendas. Merecido reconocimiento se ha ganado en este desastre los elementos del ejército mexicano quienes de manera oportuna han auxiliado a la población, les dan de comer, rescatan, patrullan y vigilan y colaboran en la reconstrucción y limpieza de las zonas afectadas. Vaya para ellos un reconocimiento de agradecimiento y admiración de los damnificados. Con el desfogue de las presas Cerro de Oro y Temazcal, los niveles de agua provocaron una vez más el desbordamiento de ríos del sur del estado para inundar nuevamente a las ciudades asentadas en esa zona, mismas que han sido evacuadas por la población, entre ellas Minatitlán, Jesús carranza, Uxpanapa, Cosoleacaque, Jáltipan, Hidalgotitlán, Texistepec, Hueyapan de Ocampo y Acayucan, entre otras.
Lo criticable de esta situación es que algunas personas quieran seguir haciendo su agosto en septiembre, vendiendo productos de primera necesidad a precios sumamente caros, lucrando con la desgracia de la gente y eso no se vale, como el caso de comerciantes, lancheros o transportistas, conduélanse tantito del dolor ajeno.
Por cierto plausible el esfuerzo y la voluntad que algunos artistas de la televisión han mostrado en apoyo a los damnificados del estado al presentar diversos espectáculos en Veracruz, pero no sería de más valía que estos eventos artístico musicales se presentarán en otras partes, para que fueran precisamente gentes de otras entidades las que apoyarán más a los veracruzanos hoy damnificados por las lluvias y no sacar más de los veracruzanos que desde el inicio del desastre han estado ayudando a los afectados, ¡digo!

*** De risa los apoyos que la Secretaría de Hacienda Federal pretende dar a los microempresarios veracruzanos que han resultado afectados en su actividades por las inundaciones y por el paso del huracán Karl, de entrada son 22 requisitos los que tienen que cumplir los solicitantes y para rematar les pretenden aplicar una tasa de interés del 14 por ciento, lo cual resulta altamente cara, para el director de Competividad Empresarial de la Sedecop, José Luis Santiago López, eso ni es una ayuda emergente ni mucho menos de apoyo financiero para quienes no sólo perdieron sus productos sino hasta su documentación, por lo que se haces risibles los requerimientos que se piden. No señor una ayuda emergente es levantar un padrón físicamente y otorgarle el recurso a una tasa de cuando menos el 4 por ciento para poder apoyar en sus actividades a los afectados, lo demás solo son rollos oficiales.

Y por hoy es todo...
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