martes, 9 de noviembre de 2010

Letras

Salvador Muñoz
Los Políticos

A finales de este mes, en la ciudad de México, habrá de reunirse la Comisión Interacadémica de la Asociación de Academias de la Lengua Española para ratificar los nuevos cambios que hay o habrá en el idioma español a través de nuevas reglas ortográficas o “errorgráficas”.
Es así que entonces, desaparecen de nuestro alfabeto la Ch (Che) y la Ll (Elle), dejándolo en 27 letras.
Igual dicen que la i griega (Y) que realmente se llama Delta, habrá de nombrarse Ye.
También refieren que para diferenciar la “B” de la “V” ya no serán ni “Be grande” (que en nuestro castellano es simple “Be de Burro”) o “Ve corta” (o lo que era lo mismo “Ve de Vaca”). Ya serán “Be” y “Uve”.
Claro, en la escuela me enseñaron que la “B” era “labial” y la “v”, labiodental, dejando escapar entre los dientes y los labios un airecito y teníamos que decir “fsssaca” (vaca) en lugar de “baca”.
Y todavía para retorcernos más las ideas, la “W” (doble u o doble v) será llamada “doble uve”.
Vaya quitándole el acento a “sólo”, “guión” o “truhán” y al prefijo “ex” habrá de escribirlo unido al vocablo que antecede cuando nosotros lo simplificamos más fácil: “Ai va tu ex”.
Se dice también que la “o” entre números, ya no llevará tilde.
¿Y qué pasa si usted no sigue estas reglas? Pues relativamente nada, a menos que sus textos caigan en manos de un purista del lenguaje y lo tachen de “burro” por no saberse las reglas.
Si bien, uno como lector sufre con las perlas que a veces los redactores escribimos, no deja de ser el sentido común, el contexto, lo que realmente le pone puntuación al escrito… en algunos casos.
Recuerden a García Márquez y su intención de eliminar la tilde o acento en las palabras bajo el sentido del contexto.
Pero cada quién tiene su forma de ver las reglas ortográficas.
Imagine si le quita el acento a Ma-tilde o Clo-tilde…
Si bien dicen que no es lo mismo “lástima” que “lastima” y no es un acento la diferencia, sino centímetros.
Tampoco es lo mismo “la pérdida de tu hermana” que “la perdida de tu hermana”.
En fin… se trata de reglas y hay que seguirlas, pero no siempre resultan tan claras y si no, vea este ejemplo:
“Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda”.
Una simple coma, puede hacer una gran diferencia. Por ejemplo, si usted es una dama, colocaría la coma después de la palabra “mujer”. Si usted es varón, la colocaría después del verbo “tiene”.
Pero vayamos a otra cosa más simple:
Si desaparece la Ch, ¿el Chapulín Colorado se quedará sólo con el escudo del corazón?, ¿el Ché Guevara seguirá siendo el “É Guevara”? ¿Dejaremos de hacer la contracción para decir completa la palabra “Pinche naco” o sólo “pin-naco”? ¿Los Chedraui pondrán el grito en el cielo por sus “Super-Ché” al pensar que serán simples “Supers”?
¡Y qué pasara con el uso de “Chingar” y todos sus derivados!
¿Y si desaparecieran mejor las letras que debo de mi moto y casa?
¿Por qué la Academia no pensó en otras letras como “F” de Fidel que saturó por seis años a Veracruz?
¿Por qué no deshacerse de la “equis” si es bien “X”?
¡Y qué me dicen de la “Hache” que ni suena! ¡O la “eñe”, tan ninguneada en los diccionarios que es la que menos palabras tiene junto con la “Cu” (Q)!
Así que, a finales de este mes, quizás si la academia lee este texto, lo que los mexicanos le pedimos es que si puede y quiere, quite la Ch de Chapo, desaparezca la G de “Golfo”, nos quite la “Ele” de “luser”, pero por lo que más quiera, le ponga nuevas reglas a la “Zeta”… porque está visto que a nuestras autoridades, la escuela vieja de que la letra, con sangre entra ¡la están tomando muy en serio! Y si no, ¡pues a la ingada! Que cada quien escriba como se le dé su regalada gana.

e-mail: dor00@hotmail.com
twitter: @cainito

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