jueves, 4 de noviembre de 2010

Triste papel

Arturo Reyes González
Burladero

Cuando se dio la batalla electoral por la Presidencia de la República entre el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Acción Nacional (PAN) en el 2006, en las personas de los respectivos candidatos Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón Hinojosa, enseguida vino a mi mente la posibilidad de que la izquierda mexicana representada por el PRD pudiera finalmente llegar a dirigir el país y dar continuidad a un esquema de alternancia política iniciado por Vicente Fox en el año 2000.
De ese año a la fecha ambos partidos han venido defraudando a la sociedad en general, cada cual a su manera y apegados a su propio estilo de decepcionar. Para el caso de Veracruz, el papel que el partido de la izquierda ha desarrollado ha sido triste y totalmente a la baja si tomamos en cuenta la simpatía y la poca o nula participación ciudadana que genera en distintas regiones del país.
Poco queda entonces del Partido de la Revolución Democrática de Cuauhtémoc Cárdenas, personaje que sí contaba con calidad moral, y que hoy en manos de “las tribus” o grupos al interior lo único que ha hecho es el ridículo de una u otra manera. Basta pensar en el líder mesiánico que marca su destino, en el “señor de las ligas” o los aguerridos diputados que han protagonizado escenas de completa barbarie escudados en su fuero, es decir, las cabezas de las tribus son gente sin calidad moral alguna.
¿Por qué el ridículo? Porque se presentan ante los veracruzanos como una “fuerza política”, como opción al momento de elegir cuando es difícil considerarla como tal y es que no lo puede ser cuando no cuenta si quiera con un candidato propio para contender por la gubernatura, y cuando postula militantes a alcaldías y diputaciones no logra obtener si quiera una digna cantidad de triunfos, acorde a sus mensajes y discursos. Estructura, bases, trabajo con los sectores de la sociedad, cuadros, parece algo de lo que ampliamente carece.
Hoy, para acabar de amolarla, su dirigente estatal, el abogado Celso Pulido Santiago, declara que en caso de que algún miembro de su partido forme parte del próximo gabinete del gobernador Javier Duarte será expulsado de dicho partido.
¿Por qué? No lo explica claramente pero, ¿no debería de, por el contrario, promover que el PRD forme parte de la nueva administración, colaborar y aportar su trabajo y grano de arena para que Veracruz cuente con un gobierno incluyente, plural, representativo de las distintas corrientes sociales que lo conforman? ¿Buscar opinar, sugerir, informarse de inicio y desde adentro de los planes de trabajo, de las acciones que se van a desarrollar, del cómo, del cuándo y por qué de lo que se va a hacer para incidir de manera positiva, pugnando por hacer valer también la voz de la corriente que representaría?
Que además no olvide el dirigente perredista que la próxima administración no debe tener color, sólo gente valiosa, con capacidad y talento para desarrollar el bienestar de los veracruzanos. ¿Los hay en el PRD veracruzano? ¡Claro que los hay! ¿Por qué limitarlos?
No cabe duda que el problema del PRD es el propio PRD. En Veracruz requiere de un autentico líder que se atreva a tomar el reto de primero limpiar la casa y después buscar levantar de nuevo, desde abajo, lo que fue en algún momento en el estado: un partido político en toda la extensión de la palabra, con visión, con solvencia moral, con liderazgo, que daba rumbo y sentido a los trabajos partidistas.
Si ellos se dieran cuenta y entendieran el papel que juega la izquierda en México, podrían avizorar, por ejemplo, la manera en que en Sudamerica han triunfado en las elecciones.

argo_reyes@hotmail.com

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