viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Y el altruismo, apá?

Rodrigo Vidal
Zona de Tolerancia

Desde hoy Habemus diputados, para diciembre tendremos gobernador y en enero próximo entran en funciones los nuevos alcaldes. Suena como el final feliz de un largo –tanto que parecía interminable- proceso electoral en Veracruz. Pero no lo es.
En apariencia, las nuevas autoridades se notan felices porque tendrán resuelta su vida durante los próximos tres y seis años ¿A quién no le cae mal es estos momentos de crisis vivir del presupuesto?
Sin embargo, en la mayoría de los municipios a los nuevos alcaldes les tocará bailar con la más fea, y en el caso de la entidad también se vislumbra un negro panorama, herencia de las administraciones salientes.
Por eso digo que nada más parece final feliz. Aunque la duda que nace en este momento es otra. Muchos de los “ganadores” en las elecciones pasadas tienen algo en común ¿Puede recordar qué es, acuciosos lector y lectora?
No se trata del derroche millonario que hicieron para obtener el triunfo, ni de los insoportables jingles que resultaron ser toda una pesadilla. Una buena parte de los candidatos que luego obtuvieron el triunfo en la elección pasada adelantaron precampañas con la creación de supuestas organizaciones civiles de corte altruista.
El altruismo se extendió en todo los rincones de Veracruz. Ayudar era la moda. Nacieron asociaciones civiles como hongos en temporada de lluvia. Lo mismo entregaban útiles escolares que artículos deportivos, principalmente balones de futbol.
Si hacía frío, se encargaban de repartir colchonetas –rojas por cierto-, y cobijas; si hacía calor o llovía, las sombrillas eran el artículo de ocasión. En navidad y Día de Reyes regalaban dulces, juguetes y piñatas por doquier. Se encargaban de becar a niños, otorgar apoyos económicos a ancianos. Sin distinción apadrinaban generaciones de egresados de primaria, secundaria, preparatoria, universidad, o fiestas de XV años, bodas y bautizos.
No había una vocación real ni definida de estas dichosas organizaciones. Le entraban a todo, donde hiciera falta ayuda, aparecían, hicieron ver al Estado como un incompetente, sin capacidad para atender las necesidades de la población.
Hoy, ya llegaron a ocupar una curul en la Legislatura local, para diciembre, Javier Duarte tomará posesión como gobernador de Veracruz y en enero, 212 alcaldes entrarán en funciones, y ¿alguien sabe dónde quedaron las organizaciones civiles creadas al calor del proceso electoral?
Si algunos de ustedes, amables lectores, sabe dónde están, dónde operan, a quién ayudan, qué reparten en este momento, se agradecerá cualquier información.
No debemos perder de vista una cosa: con la creación de estas asociaciones oportunistas, muchas organizaciones civiles que llevan años trabajando, realizando un altruismo efectivo y callado, se vieron perjudicadas, pues derepente el pastel presupuestal para este tipo de asociaciones se tuvo que repartir entre más comensales, lo que significa la disminución de recursos para aquellas con larga trayectoria y resultados comprobados.
Incluso recursos de programas sociales –de esos que dicen que no tienen tinte partidista–, se bajaron directamente a estas asociaciones civiles de ocasión.
Por situaciones como esta y otras muchas más que se dieron durante la elección y que al parecer son motivo del gran endeudamiento de Veracruz, las nuevas autoridades llegan al cargo con una deuda, no sólo económica, sino social, con la población veracruzana.

Comentarios, quejas y sugerencias, dirigir a: rodrigovp76@gmail.com y en Twitter: @ZonaDtolerancia

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