viernes, 3 de diciembre de 2010

El gabinete, los que están y los que faltan

Luis Alberto Romero

Una vez que concluyó prácticamente toda la actividad relacionada con la toma de protesta del nuevo gobernador del estado y con los nombramientos del gabinete, vale la pena detenerse a observar algunas designaciones en cuanto a perfiles, experiencia y capacidad de los nuevos funcionarios estatales.
Sin duda, la sorpresa en la integración del nuevo gabinete fue el nombramiento de Reynaldo Escobar Pérez, ex secretario de gobierno durante los seis años de Fidel Herrera, como subprocurador de justicia del Estado, quien ocupará, en los hechos, la titularidad de la dependencia. Del exalcalde de Xalapa se puede decir mucho; sin embargo, como abogado goza del reconocimiento de otros profesionales del derecho; incluso, no falta quien lo ubique como uno de los mejores litigantes de Veracruz, lo que, sin duda, lo califica para asumir un cargo para el que se le mencionó en reiteradas ocasiones.
No ocurre lo mismo con su relevo en la Secretaría General de Gobierno, porque Gerardo Buganza Salmerón no cuenta con la carrera de Leyes, considerada hasta hace poco indispensable para asumir esa responsabilidad. Quien fuera adversario político del exgobernador Fidel Herrera vendió caro su apoyo al candidato priista, luego de que el PAN, su partido, lo excluyera de la carrera por la candidatura al gobierno del estado. Buganza logró la secretaría de gobierno pero llega sumamente debilitado por un inexplicable cambio en la estructura de la dependencia, donde pareciera que la figura del subsecretario –Erick Lagos– adquiere mayor relevancia política. El caso es que el nuevo secretario de gobierno es licenciado en Administración de Empresas y en Ingeniería Industrial; ha sido dos veces diputado federal y una vez senador de la República, pero esa experiencia difícilmente será determinante en su nueva encomienda. Habrá que ver, por otro lado, si Buganza será visto como interlocutor válido por las diferentes fuerzas políticas del estado.
En contraparte, hay funcionarios cuyo perfil embona como anillo al dedo a los cargos que les asignaron: Sergio López Esquer es general de división y tiene altos bonos en la Secretaría de la Defensa Nacional, fue ratificado en la Secretaría de Seguridad Pública. Pablo Anaya Rivera, ex alcalde de Poza Rica, ex diputado federal, es médico cirujano con especialidad en Anestesiología; fue director de la clínica del seguro social por más de 20 años y hoy ocupa la secretaría de salud. Noemí Guzmán Lagunes es licenciada en derecho, presidió la Comisión de Protección Civil en el Senado de la República y precisamente a esa área de gobierno fue asignada. Marco Antonio Aguilar Yunes es, también, abogado con maestría en ciencias penales y una larga trayectoria en la procuración de justicia; fue nombrado secretario del trabajo, donde se dirimen las diferencias obrero-patronales. Leticia Perlasca Núñez es licenciada en derecho y tiene maestría en ciencias políticas y gestión pública; ya fue directora del Instituto Veracruzano de la Cultura y del Colegio de Bachilleres del Estado; ella ocupa la Secretaría de Turismo. Gina Domínguez Colío es licenciada en Ciencias de la Comunicación y como periodista goza de reconocimiento y prestigio; ocupa la Dirección de Comunicación Social, donde tendrá la tarea de difundir el trabajo y las acciones del gobierno del estado.
No es el mismo caso el de Marcelo Montiel, porque, al menos en el papel, el exalcalde de Coatzacoalcos carece del perfil para ocupar la Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente; es licenciado en Derecho pero su trayectoria sólo incluye la presidencia municipal y una diputación local, además de cargos menores en el Ayuntamiento de Coatza. Con Erik Porres Blesa, identificado con el grupo Córdoba, ocurre algo diferente: sus calificaciones escolares lo califican como un joven estudioso; tiene la licenciatura en Relaciones Internacionales y estudia la maestría en Comunicación, pero eso no resulta suficiente para ocupar la SEDECOP porque, además, carece de experiencia en el servicio público. Podríamos decir, igual, que el breve paso de Adolfo Mota Hernández por la subsecretaría de Desarrollo Educativo no debería resultar suficiente para llevar las riendas de la política educativa de Veracruz. Mota es licenciado en economía y en derecho, pero eso no impresiona a nadie; a ese cargo ha llegado gente de la talla del maestro Guillermo Zúñiga, de Juan Maldonado o del propio Víctor Arredondo; entre cualquiera de ellos y Adolfo Mota existe una distancia abismal.
A estas alturas, las subsecretarías y direcciones ya tienen dueños y sólo falta el reparto de cargos menores, burocracia de medio pelo… A grandes rasgos, ese es el gabinete; son los nuevos funcionarios del gobierno del estado.
Por otro lado, entre los ausentes, los que faltan, los hasta ahora excluidos, hay políticos de alto nivel, como el diputado federal José Francisco Yunes Zorrila, ex alcalde de Perote, ex dirigente estatal del PRI y ex candidato al senado; otro ex presidente del comité estatal priista, Felipe Amadeo Flores Espinoza, actual líder de Vía Veracruzana; Raúl Ramos Vicarte, ex alcalde de Boca del Río, también ex presidente del PRI en el Estado, quien ya ocupó la subsecretaría de Gobierno; Héctor Yunes Landa, expresidentes del Congreso local y también ex subsecretario de Gobierno…
Luisromero85@hotmail.com

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