miércoles, 22 de diciembre de 2010

El hombre no es sólo un “consumidor”

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

En esto de las fiestas navideñas no creo para nada en aquellas palabras del predicador y escritor Norman Vincent Peale cuando afirma que la Navidad agita una varita mágica sobre el mundo, y por eso, todo es más suave y más hermoso. ¿Pero de dónde, cuándo y cómo? Nomás déjense arrullar tantito por las noticias diarias y verán que nada de eso es cierto; todo lo contrario, nos damos cuenta que estamos en un mundo, hermoso sí, pero que está siendo consumido por uno de los peores agentes patógenos: el hombre, dijera Nikito Nipongo. Porque, como expresó Jesucristo, viendo no vemos y oyendo no oímos ni entendemos, ¿o no, mis entrañables lectores y lectoras fans?
En fin, que dice Luis Pazos, presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), que en el país 30 por ciento de los mexicanos gasta más dinero del que tiene, lo cual demuestra la falta de cultura financiera. ¿Sólo 30 por ciento? Lo dudo. Creo que somos un chingo de mexicanos que gastamos más dinero del que tenemos y son un putochingaderal de mexicanos que no tienen ni en qué caerse muerto, que viven en la miseria diaria.
Pero no seamos pesimistas en estas fechas navideñas, cuando el amor, ¡aaay!, alumbra los hogares de todos…Hablemos de los que tienen qué gastar o malgastar, a la chingada con los jodidos miserables mexicanos.
Ya lo dijo Jules Renard, lo que distingue al hombre de los otros animales son las preocupaciones financieras. Y Joseph Joubert afirmó que el dinero es un estiércol estupendo como abono, lo malo es que muchos lo toman por la cosecha. ¡Oh, poderoso caballero es don dinero!
Vivimos en la era de la publicidad y las compras por Internet, como dice el pensador francés Gilles Lipovetsky, donde se consume a toda hora y en todas partes, pero el riesgo no es el consumo en sí mismo ni la superficialidad que pueda implicar, lo que es malo es el exceso. Lo criticable es que el consumo se haya convertido para mucha gente en objetivo de vida. Ahí está el detalle.
Lipovetsky afirma que de cara al consumismo excesivo hay que oponer otros valores, porque una sociedad de consumo que sólo vive en función de marcas, placer, disfrute, no puede ser buena, “la vida no puede reducirse al consumismo. Los hombres tienen necesidad de otra cosa, no sólo de comprar marcas, de convertirlo todo en desechable. La vida tiene valor por la creación, invención y progreso de sí mismo, la felicidad de hacer las cosas por sí mismo, de educar, de dar servicio a la sociedad”.
Vaya, el hombre no es sólo un “consumidor”, “hay en él un deseo de deslindarse de eso y ejercer su voluntad de poder. Pero para eso la gente debe tener proyectos, la escuela debe dar los elementos a los individuos para que puedan realizar sus proyectos. Cuando se tiene proyectos el consumo es menos importante”. ¿Lo podemos entender nosotros los mexicanitos?
En mi caso, lo digo con George Horace Lorimer, editor del The Saturday Evening Post: “Es bonito tener dinero y cosas que puede comprar el dinero, pero también es bonito tener las cosas que el dinero no puede comprar”.

De cinismos y anexas
Mark Twain escribió que el 28 de diciembre nos recuerda lo que somos durante los otros 364 días del año. Buzos, mis fans, porque de inocente a pendejo… sólo hay un paso.

Hasta la próxima.
jarl63@yahoo.com.mx

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