¿Liga “Patito”?

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Realmente qué bueno que la representación en el Continente Americano de la Federación Internacional de Baloncesto haya fijado una postura en torno a la mentada Liga Azteca que supuestamente comenzará en marzo, por lo menos con un presunto draft.
Me llamó la atención de la afirmación del Secretario General de la FIBA, Alberto García, al dejar entrever que, en su opinión, dentro de ese circuito se verá el negocio por delante de lo deportivo.
Vamos, no es de desgarrarse las vestiduras, porque todo lo relacionado con el deporte profesional en el mundo tiene la cuestión monetaria como principal invitado de la fiesta; sin embargo, se previó que el organismo que quieren encabezar Enrique Garay y Bernardo de la Garza, junto a directivas ligadas al futbol mexicano, quiere llegar a desestabilizar.
¿Por qué no unirse mejor a la Liga Nacional de Baloncesto Profesional? ¿Por qué dividir? ¿Por qué no compartir el pastel y hornear uno nuevo?
Es claro que el conflicto es administrativo, los enojos vienen de la gente de pantalón largo, con funcionarios y periodistas televisivos que ofrecen señal abierta nacional, seguramente, para darle cabida a los juegos.
Cierto es que muchos jugadores podrían verse tentados con el resplandor de este “vellocino”, que supuestamente ofrecerá más dinero, proyección y un sinfín de “cosas buenas”; empero ellos deberán ponderar qué les conviene más, a pesar de que estamos bien conscientes de que a estas altura de la vida el deportista profesional es mercenario, salvo contados ejemplos como Cliff Lee de las Grandes Ligas, los atletas que viven de eso irán a donde haya más plata, sin importar calidad.
En lo particular tengo una teoría de cómo se da esta búsqueda de una nueva liga, más allá de los odios del perfeccionista Garay, que siente tener la razón de todo y que vivía a la sombra de un profesional como “Pepe” Espinoza; en fin, pienso que luego de que los equipos de la LNBP no se pusieron a los pies de Ivar Sisniega, cuando Chivas entraría a la competencia, y no se le cumplieron sus caprichos de entregarle a todos los mejores mexicanos que pidió, a partir de ahí surgió ese “gusanito” por darle en la torre a esta competición.
Han pasado los años y también la Liga Nacional ha ayudado a que los detractores tomen fuerza. Justo como lo dijo el secretario García, hay que reducir el número de equipos, 18 son muchos y está claro que no todos pueden con el paquete, como es el caso de los desaparecidos Algodoneros, o también de los Titanes del DF que el dueño no supo qué hacer y jamás consiguió patrocinios, por lo que elementos como Víctor Ávila, Julio César Martín y el coach Robert Zaragoza salieron de vacaciones anticipadamente; también está el caso de Toluca, Saltillo, Aguascalientes, que financieramente están en el hoyo.
No se puede estar así.
En el papel se podría tener un circuito de 12 equipos máximo, quitar a los latinos como comunitarios y regresar al viejo formato de tres extranjeros y empezar a usar mexicanos; mientras que conjuntos como los antes mencionados, que dan pena ajena, integren una liga de desarrollo de ascenso, para que de una vez por toda salgan las canteras a nutrir conjuntos, porque hay pocos escaparates de exigencia para jóvenes talentosos.
Esto sería un boceto utópico, pero o la LNBP se aplica o en dos años posiblemente le hayan comido el mandado y en una de ésas, hasta la FIBA le da la espalda, porque como todo es negocio en esta vida, la Liga Azteca puede “agradarle” a los federativos internacionales; no hay que olvidar que las porquerías administrativas del futbol embarrarán a ese circuito y ese tipo de mañas perversas son contagiosas.
Hasta la vista.

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