jueves, 23 de diciembre de 2010

Se adelanta el 28 de diciembre

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Como digno 28 de diciembre hemos vivido la información de la salida de Mohamed Morales Álvarez de los Tiburones Rojos del Veracruz.
Tal vez si otro fuera el equipo, el momento y la situación todos lo hubiéramos tomado a broma, como si fuera Día de los Santos Inocentes, pero al ser el club escualo el implicado, cualquier cosa puede pasar.
Como que se dé la mayor contratación (en cuanto a dólares) para el futbol mexicano, como que llegue otro duelo y/o presidente a la organización.
Tan sólo debemos recordar cómo se fuero Marcos Fastlicht y Raúl Quintana de un momento para otro, a unas cuantas horas de enfrentar a Pumas Morelos en el “Centenario” de Cuernavaca.
Así que no se podía echar a saco roto lo que publicó la periodista Yadira Mota en la edición del Notiver de este jueves, conociendo los antecedentes de los Tiburones Rojos podría suceder.
Y así lo vivieron también los demás compañeros colegas, pendientes a la radio, la televisión, el Messenger, el mismo twitter (porque Mohamed Morales comunica muchas cosas del equipo por ese medio) y no pasaba nada.
Se dijo que el presidente escualo estaba reunido con el gobernador Javier Duarte de Ochoa, pero luego a que no, que sí llegó puntual a la junta de dueños de la Liga de Ascenso; que el directivo debía 40 millones de pesos a la Federación Mexicana de Futbol, al rato que tampoco. Lo único cierto es que él dijo que no se irá de Veracruz sólo de vacaciones, pero que sí una oferta gubernamental por la compra del club.
Fueron horas tensas, de incertidumbre, donde en algunos medios se aventaron el volado de afirmar que Morales Álvarez estaba fuera, pero ante la anticipación de un medio nacional, el periodista Julio Mora, en su programa de radio, logró arrancarle expresiones interesantes al directivo, donde desmintió toda la problemática.
Sin embargo, hay algo turbio por ahí, quiero pensar que el tono desganado del mandamás escualo fue por la premura y el tedio de haber estado encerrado en la Federación Mexicana de Futbol, no porque haya algo más escondido.
Porque de ser así, sí me da miedo, porque recuerdo cuando Rafael Herrerías vendió a los Tiburones Rojos en cero pesos y cero centavos al Gobierno estatal pasado; de ser líderes generales con el empresario taurino se empezó a luchar en la parte baja de la tabla, con decisiones terribles de los asesores del representante del Ejecutivo estatal, Fidel Herrera Beltrán, que poco a poco hundieron al equipo.
Primero, los escualos se salvaron de la quema por un golazo de Lucas Ayala y porque Dorados de Sinaloa andaban peor, pero no aguantaron un año más y sucumbieron ante el Puebla de “Chelís”; por eso los jarochos viven en la Liga de Ascenso hoy por hoy y una franquicia histórica del balompié nacional, pero que ha sido manoseada, prostituida al mejor postor y que no se ve por dónde levantará con momentos como los vividos este jueves.
Ojalá no pase nada, que Mohamed no corra con la misma suerte que sus antecesores, que se muera con la suya para bien o para mal pero que sea él, porque si regresa la administración pública sería un nuevo problema para una entidad que necesita invertir el dinero en salud, educación, infraestructura, en ver qué va a comer la población; que sea dinero de iniciativa privada el que se maneje en el tiburón, porque de lo contrario, viviríamos un largo 28 de diciembre, donde todos los veracruzanos seríamos “inocentes palomitas, que nos han vuelto a engañar”.

Hasta la vista.

fhernandez1980@gmail.com

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