martes, 18 de enero de 2011

Felicidad Interior Bruta

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Después de media hora de escuchar sus infortunios, un amigo infeliz con su pareja, su familia, su trabajo, vaya, con todo, me preguntó si yo era feliz. La verdad, me quedé callado, porque como en muchas otras cosas, si no me lo preguntan lo sé; si me lo preguntan no lo sé. Recordé entonces John Stuart Mil, que en cierta ocasión expresó: “Pregúntate si eres feliz y dejarás de serlo”. Además, cada quien habla de la felicidad de acuerdo como le fue o le va en la feria.
¿Somos felices los mexicanos? Pregunta crucial en estos momentos de sangre y violencia que vive nuestro país y que Juan Villoro se planteó en su artículo “La miseria feliz”, donde nos comenta sobre los índices de felicidad y descontento en el planeta que la agencia Gallup da a conocer cada año.
Según esta agencia, de 53 países consultados sobre sus expectativas para el 2011, la nación más feliz del mundo es Nigeria; el segundo lugar lo obtuvo Vietnam; el tercer sitio lo comparten Brasil y Ghana; el cuarto, China, y el quinto Kosovo. ¡Ah!, pero el país más triste de la Tierra es Francia, seguido de Islandia, Rumania, Serbia y Gran Bretaña. ¿Cómo la ven desde ahí?
¿Y México ra, ra, ra? Pues simplemente ni nos tomaron en cuenta, ¿por qué será? Quizás porque a los mexicanos nos vale madre eso de la felicidad, con irla pasando bien cada día es más que suficiente, ahí la llevamos, nos encanta la medianía, la mediocridad, nos es abundante la comodidad, lo facilito. Lo demás y los demás importan un bledo. Quizás porque, como bien lo señaló Juan Villoro, somos un país de proyectos que no nos interesa realmente concretarlos, sino, cual terapia, sólo ilusionarnos pa’ seguir adelante, ya que de hacerlos realidad, después qué hacemos. Bien lo expresa nuestra Ley de Conservación de la Energía Emocional: ilusión que no se cumple, se recicla. ¿A poco no somos cabrones?
Cierto, “Calmantes montes” dice el político curtido en mil campañas: “si llegáramos rápido a la meta, no podríamos seguir avanzando”. Si serás, si serás…, dice Don Ramón al Chavo del Ocho. ¡Ah, pero ni negarlo!: si aquí estamos mal, allá están pior; si aquí estamos de la chingada, allá se la están pasando de la madre. Entonces, ¿qué es la felicidad pal mexicano? Relativo: todo es según el cristal con que se mira. Chido…
En nada y no tenemos pa’ cuando parecernos a Holanda, donde en su plan de estudios nacional contempla que los alumnos de primaria estudien y alcancen la excelencia, pero también y antes que todo sean felices.
En nada tampoco y no tenemos pa’ cuando parecernos a Bután, país asiático que ha reemplazo el PIB como indicador del progreso y bienestar ciudadano, por el FIB (Felicidad Interior Bruta) que incluye factores no tangibles como espiritualidad, bienestar psicológico, vitalidad cultural, relación comunal y balance en el uso del tiempo. Para ellos, la felicidad es resultado de una buena vida, la cual no se logra almacenando riqueza, sino con el buen uso del tiempo, es decir, en 24 horas cada persona debe tener tiempo suficiente pa’ dormir, aprender, trabajar, socializarse y hacer una hora de ejercicio físico. ¡Uta!, en México ta’ cabrón eso.
Ni pex, qué le vamos hacer, con que estemos medianamente bien, ahí la llevamos. Además, tranquis, tranquis, no nos asustemos, hay momentos en los que todo va bien, pero no duran, ¿o no?

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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