viernes, 28 de enero de 2011

Oda al ego taquiller

Miguel Ángel Gómez Polanco
Cinevasivas

Hoy, Cinevasivas se pondrá interactivo, así que imaginemos juntos: usted es una actriz o actor de los mejores pagados en el mundo. Si es hombre, vive de su irrefutable historia como histrión y futuro asegurado en cualquier proyecto que emprenda; sí, cualquiera. Ahora bien, si se trata del género femenino; usted es una actriz a la que le encanta filantropía. Vive ante los ojos del mundo por la polémica que rodea su andar y regularmente, se encuentra en lugares donde el turismo es más morboso que placentero. ¿Lo están imaginando? Muy bien, sé que sí. Ahora ¿cuál sería su respuesta si les propusiera hacer una película juntos, en la que además les permitiré lucirse como actores, tanto como su ego lo permita, y que además será filmada en la siempre romántica Venecia; apostando a que la taquilla me salve la chamba gracias a sus intervenciones, más que por la calidad argumental y/o discursiva de un… remake (silencio) que pretendo dirigir?
Le aseguro que se sorprenderá más de mi respuesta que de la suya respecto a lo anterior. Apuesto que su pensamiento fue: “¡claro que lo haría! reflectores, dinero, Italia ¿dónde firmo?”. ¿Le atiné? ¡Sí, no lo nieguen! por lo tanto, podemos decir que en efecto, el título de este increpante texto es acertado: una oda al ego taquillero puede más, en cualquier caso, que la oportunidad de aprovechar el gran potencial de dos histriones, para realizar un muy buen trabajo cinematográfico.

Sin embargo y tristemente, los dos párrafos anteriores evidencian el tratamiento dado a la película que hoy ocupa un lugar, casi forzado, en esta columna: The Tourist (El Turista; 2010), dirigida por el alemán Florian Henckel von Donnersmarck y protagonizada por nada más y nada menos que dos de los ganchos mercadológicos más fuertes de la industria hollywoodense en la actualidad; Angelina Jolie y Johnny Depp.
Y es que se lo juro, no es para menos. La obra de este realizador alemán –del que evito repetir su nombre, para no estresarme- demuestra su clara inexperiencia en la dirección de largometrajes, siendo éste apenas el segundo en su carrera y primero con la intervención de Hollywood. Narrativamente, The Tourist cuenta con un trabado desarrollo que deja a la audiencia con claros momentos de incertidumbre, provocados por la ausencia de elementos que comprometan el giro con el que cierra el film, que a todas luces parece una “disculpa” consecuencia de lo pajero que resulta un imperceptible clímax y demás recursos discursivos con los que cuenta.
Es por lo mencionado que no me explico las extrañas nominaciones que Jolie y Depp recibieron en los Globos de Oro, aunque estas automáticamente se justificarían por el acto tan banal –pero redituable- de haberlos juntado en una misma producción y por ende, reconocer la proeza con estas menciones. En ese sentido, debo reconocer que hubiera sido mucho más justo y menos sorpresivo nominar a Paul Bettany como mejor secundario, pues sus intervenciones definitivamente estabilizan esos baches impregnados de confusión en los que cae la trama; pues aunque estas apariciones son igual de vacías, cuentan con un matiz que sobresale sutilmente.
Pero no todo es pérdida. El aspecto técnico, salva en algunos lapsos la ausencia de forma y contenido de este frustrante refrito. El diseño de producción, por ejemplo, a cargo del experimentado Jon Hutman (Dreamcatcher; 2003) es excelentemente cuidado mediante una ambientación propia de la elegancia veneciana y con naturalidad, aprovechando las características de las locaciones, sin exagerar con la aparición de objetos o escenarios que entorpezcan la fotografía; ésta última bien llevada también por el versátil John Seale (Prince of Persia; 2010).
De ahí en fuera, no hay más. Reprocharles a dos gigantes como los protagonistas, sería injusto. Aquí el dinero y las vacaciones italianas, es lo que movió sus aspiraciones, y aunque intentan con profesionalismo dar lo mejor de sí, los orígenes cortometreros del director Henckel limitan el trabajo y lo convierten en una película dominguera que, debo confesar, ofrece la oportunidad de ir al baño y disfrutar del trono, regresar a la sala y no perderse en la historia; yo lo hice y así fue.
Finalmente, mencionar que The Tourist es un remake -para no variar y como ya se mencionó- de una película hecha apenas en el 2005 llamada “Anthony Zimmer”; dirigida por Jérome Salle y con la participación de la hermosa actriz francesa Sophie Marceau. ¡Ah! Y se me olvidaba: The Tourist está catalogada en el género de comedia, así que aconsejo llegar al cine de buen humor, para “captar” el humor tan… ¿cómo decirlo? Tan ¡sui géneris! De este film tan disparatado (sí, fue sarcasmo). Calificación: 3 de 5 estrellas.
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