jueves, 17 de marzo de 2011

El arte de No pasa nada

Salvador Muñoz
Los Políticos

Inolvidable aquel candidato a senador sumergiéndose en las aguas cercanas a la planta nucleo-eléctrica de Laguna Verde para demostrar, in situ, que no había qué temer a dicha fuente de energía...
Dicen que cuando acabó de nadar, salió recargado, con nuevos bríos, con energía.
Al cabo de los años, dicho político se mantenía joven al igual que su guapa esposa, siempre se les veía radiantes y brillaban con luz propia.
Algo debieron tener las aguas de Laguna Verde para provocar tal efecto.
Lo anterior no deja de ser una simple broma en torno a don Miguel Alemán Velasco.
Aunque realmente lo grave es lo que sucede en Japón y sus plantas nucleares.
Lo sorprendente es la forma en que lo toman las autoridades niponas tal acontecimiento: Con una sangre fría.
Sociólogos lo asocian a la serie de tradiciones, cultura y educación que prevalece en el pueblo del Sol Naciente. Imperturbables, ecuánimes, perfeccionistas...
Imagine que hasta ayer, el emperador Akihito, casi cinco días después del terremoto y el tsunami, se dirigió vía televisión, al pueblo japonés, transmitiendo un mensaje de calma y que no se dieran por vencidos. Expresó su preocupación por el desastre nuclear y orgulloso por la calma y orden que los ciudadanos demostraron tras el desastre natural... el “Expresó” es una forma de decirlo... su cara no reflejaba nada.
Si hubiera ocurrido en México la desgracia, quizás las cosas serían diferentes.
Socorristas recuerdan el 85 cuando el temblor sacudió a la ciudad de México. Estaban involucrados en las tareas de rescate, moviendo piedras, escombros, basura, cuando un grupo de soldados se apersonaron en un punto del área y pidieron que se retiraran. Al poco tiempo llegó el presidente, se tomó la foto y con la misma se retiró.
Veracruz no fue la excepción. Las inundaciones azotaron al pueblo y un gobernador aprovechó la oportunidad para subirse las valencianas del pantalón, descalzarse y repartir despensas entre la lluvia.
En Japón, la insistencia de los nipones por mantener la tranquilidad y solemnidad ante los problemas de sus plantas nucleares es sorprendente.
Le llaman “Tatemae”, que es una forma de no expresar realmente lo que piensa el japonés en aras de no contrariar al de enfrente. “Honne” es lo que se piensa en verdad pero que sólo es expresado a gente entrañablemente cercana... no a cualquiera.
Así las cosas, uno pudiera pensar que el “Tatemae” es una práctica común en nuestros políticos... bueno, a su manera: Siempre dispuestos a decir lo contrario a nuestra realidad.
El ejemplo más claro que recuerdo era uno que en mi infancia fue común escuchar: Cuando el gobierno diga que no va a haber aumento de precios, es que va a haber.
Hoy, de tantas cosas que se dicen, es imposible asimilar una, pero la clásica es ésa que dice “vamos bien...”, “nuestra economía está fortalecida”, “inversiones para el progreso y desarrollo...” del estado o municipio que usted quiera y una clásica: “En Veracruz no pasa nada”.
En fin...
Sólo se espera que la tragedia que Japón sufre en estos momentos no pase a mayores...
Y da gusto ver a nuestras autoridades, estatales y/o federales, supervisando el funcionamiento de Laguna Verde...
Por supuesto, la respuesta a su visita es pronosticable: La planta está en perfectas condiciones. No hay nada que temer... como muchas veces lo dijo Japón... hasta que tembló y hubo un tsunami.

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