Salvador Muñoz
Los Políticos
Pudiera decirse que el PRI encontró la cuadratura al círculo con la asunción de Héctor Yunes Landa a la dirigencia tricolor.
Pocas veces quien designa tal cargo, asumido en el gobernador en turno, acierta con un buen dirigente que conlleve a la vez liderazgo.
Sin temor a equivocarme, es curioso, pero entre Héctor y Pepe, los dos Yunes, se da este fenómeno: dirigentes y líderes.
A diferencia de Pepe, Héctor llega con un cuadro bien conformado.
Me refiero a “cuadro” en el sentido de que tiene un equipo, una organización, una estructura, que pocos que han pasado por la dirigencia estatal tricolor, han gozado.
Si hiciéramos un ejercicio en retrospectiva, veríamos que la mayoría de los que han llegado al CDE del partido, son meros accidentes políticos que nada tenían que hacer allí...
Muchos de ellos más opacos que una tarde plomiza xalapeña, más grises que el trabajo que desempeñaron y sobre todo, con una tremenda ausencia de liderazgo... inventos de gobernadores... dirigentes hechizos.
Mencionar sus nombres sería insensible de mi parte, pero es claro quiénes son y fueron (tanto para el priista como para el que ocupó tal cargo) aquellos que no hicieron otra cosa que cobrar el pago por sus servicios al gobernador en turno y seguir trabajando para él.
Insisto: Bajo el temor de equivocarme, no recuerdo a ningún dirigente con liderazgo como el que ahora representa Héctor Yunes, reflejado en Alianza Generacional, que haya pasado por el partido a lo largo de mucho tiempo.
Alguno podrá decir que Manuel Ramos Gurrión o el mismo Carlos Brito... puede que sí, puede...
No faltarán los paleros que hablen de la dirigencia de Fidel Herrera Beltrán, pero más que cuadro, lo que tuvo el hoy ex gobernador, fueron incondicionales, como lo evidenció su administración pasada.
Vaya... ni el mismo Miguel Ángel Yunes Linares.
Y sí, habrá quienes pregunten: ¿Y Pepe Yunes Zorrilla?
Si bien Pepe llegó a la dirigencia solo, es menester comentar que a lo largo de su dirigencia fue sumando, y lo más importante, generó unidad partidista, cosa que su sucesor, echó abajo tan solo con su arribo a la sede tricolor.
Curioso, pero de los últimos dirigentes priistas, sólo recuerdo a uno que llegó a la gubernatura con votos, apretada elección, dudosa elección, pero llegó. Los demás han desfilado en distintos escenarios tanto del partido como de representación popular o dentro del Gabinete.
Curioso... es el tercer Yunes que llega a ser cabeza de manada tricolor.
Héctor Yunes, con todo y su temperamental carácter, es en el PRI de los pocos líderes que llega al partido con poder de convocatoria, con gente a lo largo y ancho del estado, con trabajo de partido, de organización que muchos de los priistas que aspiran a un cargo de representación popular, le envidiarían su cuadro.
Héctor está en posición de hacer mucho tanto por el gobierno como por el partido... recorrerá de extremo a extremo el estado posicionando al Gobernador y al PRI... es seguro que igual se vuelva gestor porque goza de la habilidad para ayudar siempre a quien le extiende la mano... por supuesto, lo que haga por el gobierno y por el partido, habrá de repercutir en él.
Vaya, Héctor está en posición de convertirse en potencial candidato a la senaduría... candidatura que se rifa con un solo boleto y que representa para su “sobrino” Pepe, una espinita que quiere sacarse.
Sí, nada más hay chance para una candidatura como también lo hay para una plurinominal...
Dos líderes, dos Yunes, dos priistas, dos parientes, por un solo partido. La idea no es mala... lo único malo es tanto futurismo barato... de mi parte, claro está, a sabiendas de que es mejor ser historiador que pitoniso.
No sobra decir que Duarte, si es quien decidió la dirigencia del PRI, sencillamente no se equivocó.
e-mail: dor00@hotmail.com
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