viernes, 29 de abril de 2011

Crimen organizado, historia de padres e hijos

Arturo Reyes González
Burladero

Cuando era pequeño nunca se me va a olvidar que mi padre solía relatarme la historia de un viejo maestro muy conocido en el Coatzacoalcos de la época de los sesentas, debido a que cuando todavía era un lugar pequeño en una ocasión tuvo la valentía y la honradez de acudir ante las autoridades para entregar a uno de sus hijos, ya que éste había cometido algún desfalco en el banco en el que trabajaba.
En ese entonces había un solo medio impreso de comunicación en el antiguo Puerto México, el cual dio seguimiento a tan destacada información, por lo que todo el pueblo se enteró y aquel maestro de edad avanzada fue motivo de admiración por parte de todos.
Al inicio aquella charla fue conmigo cuando recién entraba a la adolescencia, posteriormente, al repetirla, se sumaron mis hermanos.
Ante ese ejemplo que nos decía, nunca olvida y marco su vida, él dejo en claro que haría lo mismo en caso de que algo similar sucediera con alguno de nosotros, sus cuatro vástagos.
Recuerdo muy bien que nos dijo, son mis hijos y los veré y apoyaré como tal, pero nunca los ayudaría a escapar o esconderse, si violan la ley, si la infringen, yo haría lo mismo que aquel viejo del sur que entregó a las autoridades al suyo, quizá buscaría a un buen abogado para que los apoyará, pero si la riegan deben pagar y no titubeaba al afirmarlo.
La verdad es que en ese entonces no sabía si era entonces algo malo o bueno, o todo lo contrario, el acudir en un caso de dicha naturaleza a mi propio padre.
Si su intención inicial era sembrar algún tipo de miedo, de represor interno, de auto policía o conciencia, o sólo fijar su postura ante el hipotético y remoto caso.
Hoy, ya en la actualidad, hace un par de días Ricardo Nájera, vocero de la PGR, dio a conocer que la madre de Saraí Fabiola Díaz Arroyo, alias “Fila” o “Muñeca” y novia de Martín Omar Estrada de la Mora, alias “El Kilo”, tomó a su hija y fue a entregarla a elementos de la Marina porque se presume es uno de los cuatro presuntos responsables de la inhumación clandestina de 183 personas en San Fernando, Tamaulipas.
De acuerdo con la misma información de las autoridades, tienen la constancia de que Fabiola se quería entregar y su madre, la señora Arroyo, fue quien la acompañó.
Por la joven Díaz la PGR ofrecía una recompensa de cinco millones de pesos a quien proporcionara información útil que coadyuvara con su paradero, localización y detención.
Por el yerno de la señora detenido el pasado 16 de abril se llegaron a ofrecer 15 millones de pesos.
Nájera aseguró que la madre, la señora Arroyo por supuesto no reclamó la recompensa.
Sería muy interesante saber qué pasó por la mente de la señora cuando en el trayecto en que se dirigía de su casa al puesto de la Marina en Tamaulipas, a sabiendas de lo que le espera a su hija.
De todo lo que debió haber pasado por su mente en tan sólo algunos minutos previo a la encarcelación de quien años atrás debió haber sido una ilusión y esperanza familiar, de mexicana ejemplar, ya que la gran mayoría de los padres quieren ver triunfar a sus hijos.
¿Habrá minimizado su dolor el pensar en todos aquellos que también eran buenos hijos e hijas y terminaron en fosas de la zona de San Fernando; hijos e hijas con ilusiones y esperanzas de una vida plena que fueron cortadas de tajo por un grupo de delincuentes entre los que está su hija?
¿Podemos afirmar que Saraí Fabiola Díaz sí tuvo madre y por eso decidió pagar por sus actos?
¿Usted como padre, como hijo, hija, como hermano, qué piensa, qué haría al respecto? ¿Es la señora Arroyo un ejemplo? ¿Estuvo en lo correcto?
Necesitamos a más padres de familia con la misma actitud y valor para denunciar a sus hijos en caso de que se vinculen a pandillas o el crimen organizado
¡Cuántas familias no son detenidas por formar parte de una banda de secuestradores, de extorsionadores, donde el primo secuestra, el hermano cobra el rescate o extorsión y la tía cuida a la persona en alguna casa de seguridad!
¡Gracias señora Arroyo por marcar la pauta y poner el ejemplo, por enviar un mensaje de valentía en medio de tanta desgracia! ¡Vaya que se requiere de mucho valor para entregar a un hijo a la justicia!

argo_reyes@hotmail.com

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