viernes, 29 de abril de 2011

Día del Niño

Brenda Caballero
Números Rojos

Cuando vemos niños, generalmente nos remontamos a nuestra infancia, y no sé usted, pero lo primero que llega a mi mente es pensar que no existe malicia en sus corazones pues sus risas y algunas preguntas lo demuestran. A más de una persona, a través de mis años, he escuchado entre suspiros que exclama ¡Cómo quisiera volver a ser niño!, y es verdad, a veces, con tanto trabajo, problemas y estrés, se antoja meterse a una máquina del tiempo y regresar a cuando éramos pequeños, volver a jugar a las escondidas, a los encantados, pues el término reumas, artritis u osteoporosis no existe; morder dulces uno tras otro, sin pensar en la sensibilidad de los dientes ni en la placa que se puede caer; ver televisión todo el día, ignorando el costo de la luz y preocuparse únicamente por sacar buenas calificaciones o, ya de perdis, pasar de panzazo el año y evitar el castigo de los padres.
Es por eso que ser niño, en la mayoría de los casos, es sinónimo de felicidad.
Aunque lo chistoso de esto, es que no solo los adultos quieren ser niños, sino que los niños quieren ser adultos, quieren crecer, ser independientes y hacer lo que quieran.
Más de una vez oí decir a un par de infantes: “nosotros los niños tenemos derechos, y si no los respetan hasta podemos denunciar”, frase muy cierta, pero se les olvida que también tienen obligaciones para con ellos y su familia.
Esta fue la principal causa por la que la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1954 recomendó a todos los países del mundo instaurar un día del niño, para promover actividades de protección, bienestar y derechos de los infantes.
En México, precisamente hoy 30 de abril, celebramos el día del niño, sin embargo comentan que de acuerdo a una acta exhibida en una notaría pública en Ciudad Victoria, Tamaulipas, en México, el día del niño fue instaurado el 8 de mayo de 1916 en la ciudad de Tantoyuca, Veracruz.
Bueno, a lo mejor lo pasaron para abril porque en mayo tenemos el día de las madres, y sinceramente los que acostumbran a regalar presentes tendrían que gastar más y los comerciantes verían reducidos sus ingresos por la cercanía de las fechas.
En fin, en este día, la mayoría de los adultos tratan de consentir a sus pequeños regalándoles dulces o juguetes, creyendo que lo material supera lo sentimental y no los culpo, la mercadotecnia es tal que hasta los bancos han puesto a los niños como potenciales clientes para los productos que ofrecen.
Sí, aunque usted no lo crea, todos los bancos de nuestro país ofrecen productos enfocados a los niños, tales como cuentas de ahorro que ofrecen rendimientos del 1 al 3 por ciento.En pocas palabras, los bancos han cambiado el cochinito por las cuentas de débito.
Y no es porque estén muy preocupados por implementar una cultura financiera en los pequeñines, sino porque según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el año 2005, nuestro país contaba con más de 31 millones 650 mil 104 niños menores de 14 años, que actualmente ya son mayores de edad además de un importante segmento de negocio para los bancos. Entonces… ¿por qué no empezar desde edades más tempranas? Así, los niños se van acostumbrando a ir al cajero, portar y pagar con su tarjeta de débito y cuando sean grandes no podrán prescindir del famoso plástico. Una idea muy bien planeada, no lo cree, pues ¿quién puede pensar que ahorrar es malo? Y más si es niño… ¡es una bendición!
Así que si en sus próximos sobres de sus estados de cuentas vienen dípticos con muñequitos a colores, tenga la certeza de que no son para usted, aunque tenga alma o corazón de niño; esa información es dirigida para sus pequeñines, para incorporarlos poco a poco en el mundo financiero, pues ser niño también significa un gran negocio.
Prefiero mejor seguir recordando mis juegos infantiles, en donde hasta declaraba la guerra a mi peor enemigo, jugando stop, pues bien dicen por allí, “Recordar es vivir”, y qué mejor vida que no tener preocupaciones de pagos de deudas o incremento en alimentos y servicios básicos. ¡Cómo quisiera volver a ser niña!

brendacaballero1@hotmail.com

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