Fernando Hernández Fernández
El Marcaje
Quiero pensar que las cosas van tan bien en Veracruz como para que algunos diputados en el Congreso del Estado tengan tiempo, y quieran dárselo, para hablar del fracaso económico de los Tiburones Rojos, más porque es una empresa privada, comprada por Mohamed Morales Álvarez hace poco más de un año.
Prácticamente, los legisladores quieren revisar las cuentas de los escualos, aunque el saber esto me preocupa realmente, porque parecería que si usted lector se hace de una tienda de abarrotes y, desafortunadamente, quiebra, estos políticos van a querer pasar lupa.
Esto lo digo porque es lo que quieren hacer con un producto del que es dueño un particular, no un ente público, y que no recibe dinero gubernamental, según dijo el mismo Mohamed Morales en abril del 2010, cuando rechazó el subsidio estatal; sin embargo, si los diputados tienen otra información que la revelen desde un inicio y no cuando el barco ya se hundió.
No obstante, en muchas ocasiones, en los recientes seis años de tormentas en torno al feudo escualo, muchos legisladores han pedido cuentas, inclusive las han exigido, pero todo se queda en lo verbal y no en las acciones; de hecho, pareciera más que quisieran reflectores o una plataforma para sobresalir, porque no pasa de unas meras declaraciones.
Asimismo, en varios momentos, los políticos denotan su desconocimiento en los temas deportivos (no todos), y declaran cada barbaridad que salen publicadas por ignorancia de los mismos entrevistadores y la bola de nieve se hace más grande.
Aquí no se trata de tener la verdad absoluta de los hechos, pero sí debería un poquito más de lectura y contextualización, porque son temas delicados y me llama la atención que los diputados hablan siempre de los Tiburones Rojos, pero nunca lo hacen de los Rojos del Águila, del beisbol, a Halcones Rojos, del beisbol, o a Albinegros, también del futbol, inclusive de examinar al Instituto Veracruzano del Deporte, por citar algunos rubros. ¿Será porque no dan tanta plataforma como los escualos?
Primero empezó Ulises Ochoa Valdivia, legislador local de Nueva Alianza, que la Comisión del Deporte del Congreso del Estado debería investigar la cuestión financiera de los escualos.
Pero cómo se atreve a solicitar que su compañero de partido y presidente de la mencionada comisión, Isaac González Contreras, encabece una revisión a una organización privada, que preside Mohamed Morales Álvarez y que si recibía dinero gubernamental, supuestamente, era por la obra pública que realizaba con su constructora el también empresario artístico.
Ahora, que si el equipo hubiese recibido el subsidio de antaño que el análisis no lo haga este legislador, sino alguien que sí entienda de qué se trata el deporte profesional, porque cómo olvidar cuando el titular del deporte en el Congreso se confundió con que los Tiburones Rojos competían en Primera División o su reunión con la gente del IVD, en la que no se escucharon propuestas reales y fue una mera charla informal, que no se ha vuelto a realizar, a pesar de muchos altibajos que vive actualmente el deporte amateur de la entidad.
Pero ya si lo hacen que sea desde directivas pasadas, como cuando Raúl Zarrabal quería ver las cuentas del anterior “dueño” del club, Raúl Quintana, que cuando abrió las puertas, ya ningún diputado quiso entrar.
Y luego el show que empezó el panista Fernando Yunes Márquez, que ya le aceptó al gobernador Javier Duarte de Ochoa manejar a los nuevos escualos, pero con una serie de condiciones, pero más parece que sería por un berrinche y ganas de llevar la contraria, que por realmente ayudar a un equipo tan maltratado y pisoteado en su historia deportiva, a la que han tirado a un caño.
Hasta la vista.
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