lunes, 9 de mayo de 2011

¿Acuerdos? ¿Para qué?

Arturo Reyes González
Burladero

Una vez más los intereses de grupos se impusieron en el Congreso de la Unión. La situación de las tan mencionadas reformas que el país espera o necesita puede ser muy diferente. No fue la que los mexicanos esperábamos.
Estos grupos deben tener muy medidos los niveles de tolerancia de los mexicanos, ya que vuelven a hacer ruido mediático con una situación que está en sus enteras manos y la vuelven a dejar para después.
Volvemos a ver las mantas con señalamientos, las acusaciones de quién no cumple y quién se opone, los dimes y diretes, para evidenciar a la fracción legislativa emanada del partido político contrario.
El tiempo sigue su marcha y los acuerdos no llegan, un periodo más que pasa y el país continúa en decadencia a consecuencia de las acciones o la omisión de las mismas de parte de los poderes encargados de dar rumbo y sentido a la nación.
Nadie se salva. Sabemos que hay “línea”, que de manera vertical se dicta el sentido del voto de las fracciones, y cuando no conviene que algo avance o camine, que haya acuerdos, se prepara el terreno para evidenciar que fue necesario no llegar al mismo y dejar los pendientes para otros tiempos.
Esta semana que concluye vimos a los aspirantes a la candidatura a la Presidencia de la República por el PAN encontrarse, reunirse, exponer parte de sus proyectos e ideas, incluso al final posaron para la foto juntos.
Ahí estuvieron Ernesto Cordero, Josefina Vázquez Mota, Alonso Lujambio, Javier Lozano, Santiago Creel, Heriberto Félix y Emilio González. ¿Hubo coincidencias? Digamos que muchas. Pero nada de provecho para el país a partir de sus propuestas y proyectos, por ahora partidistas, que intentarán llevar al resto del país.
En contraparte, vimos a Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa y Humberto Moreira salir del restaurante Palm del hotel Presidente Chapultepec.
¿El propósito de ambas reuniones de presidenciables es enviar un mensaje de unidad? Ahí encontramos a diputados federales con capacidad de decisión, senadores, gobernadores, dirigentes partidistas, miembros de elite nacional, de la cúpula, pues. ¿Unidad? Sí, unidad partidista interior de cara al 2012. ¿Para qué más?
Sí, hay reformas pendientes, pero ¿sirven en estos momentos a dichos intereses partidistas? ¿No? Entonces que esperen. ¿Por qué? Porque hay otros intereses, obvio, porque no están en el camino trazado a la meta propuesta, al proyecto político actual que es prioridad. Hoy no, mañana quizá puede ser.
Las fotos de la unidad tanto panista como priista demuestran que sí se pueden conciliar intereses, ¡claro que se puede!, que puede haber acuerdos pero priorizando provechos y beneficios personales o de grupo, con lo que queda claro que el interés superior no es el de la gente, no es el del pueblo.
Porque ellos son políticos, nuestros representantes son políticos, generalmente emanados de una elite, son herencias de los mismos grupos en cada región, con la continuidad de los que tienen los recursos y las herramientas para contender, por eso no han prosperado las opciones ciudadanas.
En una ocasión una amiga me pidió preguntar una referencia sobre un joven y talentoso político a alguien que lo conocía muy bien. Saber cómo era en sí.
La respuesta que me dieron fue: dile que él es político, así, es totalmente político, si hoy tiene que estar contigo lo estará, si mañana tiene que ser tu peor enemigo también lo será, no se tocará el corazón; si le dicen que te destruya lo cumplirá si así conviene y si después le cambian la instrucción y tiene que pedir disculpas y congraciarse, no dudes que trabajará en eso.
Así es que mientras los acuerdos no lleguen, que los mexicanos aguanten, ya han aguantado mucho y sobreviven. ¿Acuerdos? Todo depende de para qué o para quién.

argo_reyes@hotmail.com

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