lunes, 8 de agosto de 2011

¡Pobrecitos!

Salvador Muñoz
Los Políticos

Crece la pobreza en México. Es decir, hablamos de 63 y tantos millones de mexicanos que viven en pobreza y pobreza extrema con un salario insultante y su alimentación raya en la grosería.
Sí, es muy complicado entenderlo pues es seguro que quien escribe ni quien lo lee, entiende realmente qué significa “ser pobre” en estas condiciones actuales.
Podemos tener varios conceptos de “ser pobre”, eso sí... muchos con tintes burlones, jodones o chingativos.
Por ejemplo, podemos pensar que “ser pobre” es cuando tienes que ir al cine los miércoles de “2 por naco”.
Curioso, pero en nuestro entorno, muchas veces relacionamos la pobreza con “naco” y a veces la distancia entre uno y otro es tan distante.
Otro ejemplo de lo que puede significarnos el “ser pobre” es comer frijoles... ¿ha escuchado esa clásica frase que dice “ni cuando era pobre”?
Cierto, el menú diario refleja mucho la condición económica de nuestros paisanos que muchas veces se transforma en ignorancia: No saben lo que son tres comidas al día.
Por cierto, hay quienes piensan que el “ser pobre” implica ir a escuelas públicas y no a privadas... sin embargo, la pobreza se ensaña con el pobre tanto que es probable que ni escuela pública se tenga al alcance.
El color de la piel es también esencial en nuestra cultura, donde el ser prieto (como su servidor) o negro implica un estatus muy inferior a menos que te vuelvas político o hasta gobernador y hagas de la pobreza una apología en triciclo vendiendo cuentos de que no importa que seas pobre, estudiando mucho, ¡triunfarás! ¿En qué sexenio oí eso?
No podemos negar que además de Guanajuato, Oaxaca, Baja California y Chihuahua, en nuestro Veracruz, creció el número de pobres.
Y no me deja de cruzar en la cabeza ese absurdo de que quizás algo tienen que ver los Fox, Martita y sus Bribiesca por la pobreza en Guanajuato...
O que Ulises Ruiz cooperó en Oaxaca para llegar a tal grado y por eso es justo que lo postulen o candidateen para el Senado...
Ya sin contar que en Baja California, mientras haya Xoloscuintles en Primera División ¿qué importan los pobres?
Y Chihuahua... ¿por qué pienso en los Borunda? Y Veracruz... ¿por qué pienso en los Borunda?
No deja de ser una pobre especulación estos últimos comentarios... la pobreza pareciera ser parte de un ying-yang en la vida... un equilibrio universal en la que debe haber pobres y ricos que no puede romperse porque se crearía una ¿revolución?
En fin... pudiera seguir exponiendo absurdos sin intención de burla y quizás más de tristeza así como mantener en mi cabeza esa idea más estúpida de pensar que “ser pobre” es utilizar esta columna impresa en un diario para envolver unos ricos tamales de rajas, de mole, de dulce (aunque no me gusten) y de frijol con hoja de aguacate y llegar a la casa sonriente, feliz, y decirle a la esposa: “Vieja, me fue bien hoy y me alcanzó para comprar unos tamalitos” y esa felicidad momentánea sea suficiente como para no tener que amargarse leyendo estas letras...
Así entonces, abatir la pobreza y marginación en un lapso de seis años (bueno, cinco y un cuarto) es quizás uno de los retos no difícil de realizar mediáticamente, pero sí una tarea herculeana para convencer al pobre que ha dejado de ser pobre, sin contar el veredicto del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social dentro de seis años... a menos que gobierne el PRI, que al igual que los panistas, todo lo ven a su conveniencia... ¡pobrecitos!

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