Tomás, el candidato enamorado

Salvador Muñoz
Los Políticos

Iba cantando... sí, nuestro titular de Finanzas iba feliz, parecía que flotaba, que caminaba entre las nubes. Saludaba con sonrisa de oreja a oreja a todo aquél que se le atravesaba... es más, ¡qué importaba lo que Horcasitas dijera! ¡valía madres que Veracruz estuviera entre los estados más endeudados del país! ¡Eso qué! Su felicidad era más enorme que lo que se debía y cómo no, si tenía como novia a la jarocha más bella del ejido: ¡Ana de la Reguera!
Entonces nos acercamos, a sabiendas de que era el momento adecuado para entrevistarlo... ¡estaba sensible!
Tomás Ruiz–Oooh, que agradable sensación / el amor es tal, que ya mi alma no puede más // El amor es una forma / de dar naturalmente / corona que hace del hombre rey //
Reportero–Se le nota feliz, don Tomás... ¿entonces podemos dar por hecho el chisme que se corre en las noticias?
TR–No hagas caso a los chismes, reportero... nuestras finanzas son sanas... ese Horcasitas es un chismoso...
R–¡Ejem! No me refiero a la deuda de Veracruz, don Tomás... sino a su supuesta relación con esa bella dama...
TR–Desde que estoy en Veracruz yo pinté mi raya con la señora Elba Esther, así que niego cualquier cosa que tenga que ver con ella...
R–Me refiero a esa estupenda actriz veracruzana que ya tiene roce internacional...
TR–Pues la Adriana Fonseca se estancó... ¡ah! ¡Salma Hayek! Es más fácil ver a su padre, don Samy, que a ella...
R–No se haga, don Tomás... ¡le hablo de Ana!
TR–¿Y qué acaso me viste cara de Justin Biever? Dana Paola, que yo sepa, no va abrir telón en su concierto...
R–¡Híjole! Si hasta parece priista... le hablo de Ana de la Reguera... ¿anda con ella o no?
TR–Ante todo, soy un caballero y no está en mí hablar de ninguna dama, y en especial de alguien tan bello como lo es mi Ana...
R–¡Ahí está! ¡ahí está! Dijo “mi Ana”... entonces acepta que es su... su... su...
TR–¡Novia!
R–Me llevo la exclusiva: Tomás Ruiz acepta que Ana de la Reguera es su novia...
TR–Déjame terminar, payaso... dije: “No vi a” ningún reportero cuando salimos del restaurante ese de Polanco...
R–Pues ya está... acepta que salen...
TR–Pues claro que salimos... pero en TVyNotas, en La Oreja, Ventaneando, en Primero Noticias y “Notiver”...
R–¿Tienen una relación amorosa?
TR–No voy a contestar cosas que competen a mi vida privada...
R–Pero acepta que le dio un besito...
TR–No voy a contestar cosas que competen a mi vida privada...
R–¿Desde cuàndo son novios?
TR–¡Qué bien chi...ngas! Pareces reportero de “El Gordo y la Flaca”, ya te dije que no voy a contestar cosas que competen a mi vida privada...
R–Bueno, pero... ¿se van a casar?
TR–Está bien, está bien... ¿quieres una nota? ¡Me lanzo como candidato!
R–¿Y qué tiene que ver Ana de la Reguera?
TR–Querías una nota... ¡ahí la tienes!
R–Ya entendí... así como Enrique Peña Nieto tiene a su Gaviota; así como Marcelo Ebrard tuvo a su Pratts, ahora usted tiene a su Ana de la Reguera ¿y qué va a buscar primero? ¿Diputación federal o senaduría?
TR–Primero voy a buscar a mis guardaespaldas para que te alejen de mí...
R–¿Acepta entonces que es un ardid político para subir su ratting?
TR–¿Ardid? ¡Ardidos estarán todos los hombres porque no tienen de novia a Ana de la Reguera! ¡Guardias!
Y me llevaron de aguilita lejos del enamorado funcionario que se alejó cantando: ¡Oooh, que agradable sensación! / el amor es tal, que ya mi alma no puede más...

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