lunes, 19 de septiembre de 2011

Un peligro el Teatro del Estado

Salvador Muñoz
Los Políticos

Un músico herido, un contrabajo destrozado, muchas dudas y lo peor, la incertidumbre de que una desgracia puede ocurrir y haya mediado un “se los dije”, es lo que rodea al Teatro del Estado Ignacio de la Llave, en la capital de Veracruz.
Me llega una carta que inicia con un anuncio que dice así:
“Con el fin de acercar la audición al público xalapeño, se decidió cambiar el recinto de presentación de la OSX a la Casa del Lago [...] La audición de este 14 de septiembre será en punto de las 19:30 horas y se ofrece de forma gratuita para el público que desee acompañar a la OSX”.
Esto se difundió en algunos medios de comunicación que informaban de la decisión de dejar la sede, el Teatro del Estado, para vender la idea de ofrecer un evento gratuito, que por principio iba a ser privado.
La bondad de las autoridades nunca es gratis. El 12 de septiembre, relata la carta, “durante el ensayo del lunes (...), una varilla cayó sobre el escenario y provocó una herida en la cabeza a un músico, además de romper su contrabajo. Debido a lo considerable de la lesión fue necesario trasladar al herido en ambulancia hasta el Centro de Especialidades Médicas, donde le fue proporcionada la atención necesaria para suturar la lesión”.
¿Por qué cayó la varilla? La respuesta se da en la misiva con mucha precisión: “la varilla cayó por toda una cadena de ineptitud, engaños, desidia, negligencia y dejadez de parte de diversos actores. Empecemos. Uno: ¿por qué el gobernador convocó hace poco a un concierto en una sala inconclusa, en lugar de indagar las verdaderas razones del notable retraso en dicha obra? Según recuerdo, el gobernador anterior prometió que estaría acabada antes de que él terminara su administración. Pero claro, ya conocemos la historia: las palabras (y los recursos) se las lleva el... ¿viento? De haber cumplido su palabra Fidel Herrera, hoy la Orquesta Sinfónica de Xalapa tendría un lugar digno, y sobre todo seguro, para desarrollar su actividad.
“Dos: ¿por qué el director de la Orquesta no atendió con seriedad la inquietud y preocupación de sus músicos respecto a ensayar y tocar en el Teatro del Estado en las condiciones en que se encuentra? Incluso en alguna ocasión, ante su negativa de cambiar de inmueble, entre broma y serio varios de los artistas leinvitaron a cambiar de posición sobre el escenario: ellos al frente y él atrás. Don Fernando no aceptó. (...)
“Tres: ¿hasta cuándo alguna autoridad va a decir ‘esta boca es mía’ para atender en su totalidad todas las recomendaciones que se han hecho sobre la (in)seguridad que priva en las instalaciones del Teatro del Estado? Porque según el Dictamen de riesgo-vulnerabilidad número SPC/DGPN/077/008/2011, emitido por la Secretaría de Protección Civil del Gobierno del Estado con fecha del 14 de enero de 2011, (...) se enlistan daños en los juegos de poleas de los tres servomotores con que cuenta la parrilla ubicada sobre el escenario de la sala Emilio Carballido (donde habitualmente toca la Orquesta), teniendo como consecuencia, entre otras, que uno de los servomotores tenga inhabilitado el telar principal, estando éste amarrado de manera improvisada con una cuerda; menciona el dictamen que debido a ello existe el riesgo de que el telar (de 450 kilos de peso) pudiera caerse, existiendo esa condición de riesgo también para la barra de iluminación principal. A continuación se indica que existen más poleas que, aunque no soportan grandes pesos, se encuentran dañadas y amarradas de manera improvisada para evitar la caída de alguno de los elementos que sostienen.
“Otro detalle alarmante es que el sistema contra incendios a través de hidrantes se encuentra inhabilitado debido a que el motor principal utilizado para el bombeo del agua... ¡no se encuentra en el área! Ello sin mencionar que en la parte externa y perimetral del edificio no existe un sistema de hidrantes que pudiera alimentar a los carros bomba del Cuerpo de Bomberos”.
La respuesta que se dio a la serie de recomendaciones que emitió Protección Civil se concentra en discursos propios de la campaña de un candidato: Todos los verbos conjugados en futuro: El 16 de febrero de 2011, un mes después de haber recibido el dictamen referido, el maestro Héctor Herrera Martínez, Director del Teatro del Estado, remitió un oficio a la Secretaria de Protección Civil para informarle de las acciones que “se realizarán”, “se llevará a cabo”, “se dará mantenimiento”, “se realizarán trabajos”, “se realizará la adquisición”, “se realizará el proyecto”, “se reproyectarán las instalaciones”, “se realizará un programa”, “se sustituirá”, “se realizará el mantenimiento”, rematando el perfecto ejercicio de la conjugación con “Lo anterior se realizará una vez que el ejercicio fiscal del año en curso pueda ser operado para solventar las observaciones hechas por su Secretaría”.
Por supuesto, a siete meses de esa respuesta, un herido y un contrabajo dañado, el futuro no llega.
¿Qué hay que hacer? Es obvio que esperar a que el director del Teatro del Estado actúe, no... que Protección Civil actúe, tampoco... sólo quedan tres cosas:
1 y 2.- Esperar que el Gobierno del Estado en verdad actúe o que haya una desgracia de magnas consecuencias.
3.- Claro, lo más fácil es que se cierre el Teatro del Estado hasta en tanto se concluya satisfactoriamente lo recomendado por la máxima autoridad estatal en la materia.
Aunque al final, lo más fácil que pueden hacer y siguen haciendo las autoridades, es esperar la desgracia, salir en las fotos con las víctimas, vociferar que habrá justicia, caiga quien caiga, esperar que el tiempo haga su trabajo y que los medios de información, de endeble memoria, olviden todo y un día, cuando ya nadie recuerde, cortar un listón rojo dando por concluidos los trabajos de reparación y rehabilitación del Teatro del Estado, porque eso sí, es evidente, nuestros funcionarios, nuestras autoridades, nuestros gobernantes, son buenos para el teatro.

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