Mala copa

Salvador Muñoz
Los Políticos

Si ya Jorge Kawahgi Macari lo hacía parecer sospechoso, los diputados del PRD y PAN, Enoé Uranga y Saúl Castillo todavía lo hacen temerario: Nuestros diputados del Congreso de la Unión trabajan con “copitas de más”.
Vaya... hasta la sentencia del legislador priista es demoledora: “Si le hiciéramos un análisis de alcohol al diputado Porfirio Muñoz Ledo, sería 90% de alcohol y 10% de botana”.
Bueno... y qué podemos esperar. Corro el riesgo de exagerar pero parece que vivimos una democracia ebria, beoda, borracha, peda...
Baste hacer memoria, si no es que el alcohol nos ha matado ya las neuronas y nos sea difícil recordar, pero pareciera que el consumo de bebidas espirituosas es parte del folclor de nuestros políticos.
¿Recuerda a Patricio Chirinos Calero? Acusaban al Gobernador de mantener constante “peda”. De ahí ganó su fama Yunes Linares de “Vice-Gobernador”.
Por supuesto que para la historia queda el papelazo de Eduardo Andrade Sánchez, cuando diputado federal, irrumpe en el programa de Joaquín López Dóriga “con aliento alcohólico” (dixit el ticher).

Claro, ni qué decir de Toño Flores Vargas y sus arranques de valiente al calor de las copas o del mismo secretario de Finanzas, Tomás Ruiz. Al menos fama de borracho tiene Reynaldo Escobar, pero nunca lo he visto. ¿O qué decir de ese rector de reconocida universidad que en una fiesta acabó cantando Guaaaaac-dalajara?
Sí... el amor a Dionisios o la pleitesía a Baco no es exclusiva en los veracruzanos... ¡ahhh! quién no recuerda ese florido discurso del gobernador de Jalisco Emilio González cuando entregó un “donativo” a la Iglesia Católica “echando buen desmadre” y precisando a sus críticos con una frase muy mexicana: “¡Chinguen a su madre!” o cuando llegó a casa del rector de la UdeG que hasta sus mismos escoltas a sus espaldas hacían señas al agredido de que iba “pedo”... por esas anécdotas se ganó el mote de “Etilio”.
Vamos, es sabido que el alcoholismo no respeta edad, sexo ni condición social... si no, que lo diga Mariagna Pratts, que cuando esposa de Marcelo Ebrard, fue a entregar un Centro de Salud ¡vaya que se lo tomó en serio! y pues se ve que le entró duro al ¡Salud! ¡Salud! ¡Salud!
Y qué decir del diputado Vïctor González Ortega, presidente del Congreso de Baja California, detenido en estado de ebriedad y en posesión de drogas. Bueno... ¿pues pa’ qué sirve el fuero?
Y uno se pregunta... ¿cómo es posible que nuestra democracia se empede con una facilidad increíble?
La respuesta es tan sencilla como oír el discurso de Fel(hic)pe Calderón en la inauguración de los juegos Panamericanos en Guadalajara.

Conste... no me espanto de que se tomen una copa... que se emborrachen... ¡vaya! hasta que hagan desfiguros... quien esté libre de pecado que invite la otra ronda. Pero, chingaos... nuestra política, nuestras leyes, nuestro destino está sujeto a personas que trabajan ebrios... ¡eso sí es un mal pedo! Digo... no hay que ser mala copa.

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