martes, 8 de noviembre de 2011

Doctorado Honoris Causa a Arias Lovillo

* Se lo otorgó la Universidad de Le Havre
* Contra crisis: educación, ciencia y cultura


José Ortiz Medina
En Corto... sin Cortes

Este día, en tierras francesas, para ser más exactos, en el Puerto de Le Havre, el rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo, recibe el grado de doctor Honoris Causa.
“Esta distinción la asumo consciente de que se transfiere a mi persona el reconocimiento a la Universidad Veracruzana, la cual represento con el más alto orgullo. Agradezco este honor y lo recibo como símbolo de la unidad en la diversidad, y de la amistad y hermandad multicultural de nuestras instituciones”, subrayó Arias Lovillo en la sede de la Universidad de Le Havre.
Como una exclusiva, adelantamos gran parte de lo expresado por el rector de la UV en esos territorios galos.
En el contexto mundial de la recesión que no sólo azota al continente americano sino a todo el orbe, el economista egresado de la UV y Doctorado en Economía Internacional y Desarrollo Económico por la Universidad de Barcelona, sentenció que “la mejor forma de enfrentar las crisis es fortaleciendo a la educación, la ciencia y la cultura”.
Arias Lovillo leyó la estupenda pieza de oratoria ante distinguidas personalidades como la Vicerrectora de la Universidad de Le Havre, Eliane Talbot, Leda Gillemette, precursora de la relación académica con la UV; el doctor Pedro Lages dos Santos, vice director de la Facultad de Negocios Internacionales.
También entre la selecta concurrencia se encontraba el embajador de México en Francia, doctor Carlos de Icaza González; el ministro consejero de la representación diplomática, Andrés Ordoñez; Harry Belevan Mc-Bride, ex Embajador del Perú en Francia y delegado permanente ante el Consejo de la Unesco; Airton José Vidal Queiroz, presidente de la Fundación Edson Queiroz, de la Universidad de Fortaleza, Ceará, Brasil, entre otras tantas personalidades.
“La Universidad de Le Havre y la Universidad Veracruzana, que me honro en presidir, han desarrollado por más de una década una sólida y fructífera relación de intercambio académico y de movilidad estudiantil que nos beneficia mutuamente. Hoy se abren más posibilidades de intercambio y colaboración en investigación en humanidades, economía y gestión, ciencias sociales, ingenierías, química, matemáticas, informática y sistemas complejos, entre otras áreas”, enfatizó Raúl Arias.
Cabe destacar que la Universidad de Le Havre es una gran universidad: moderna, dinámica, ampliamente reconocida por el Estado Francés y la Unión Europea por sus proyectos innovadores.
Como miembro del consorcio global U 8 para la enseñanza superior, mantiene una intensa actividad internacional y sus estudiantes provienen de una veintena de nacionalidades.
Esta Universidad, abierta al mundo y reconocida como ejemplar, tiene un gran camino recorrido y una sólida experiencia en temas de multiculturalidad, y en ella se tiene mucho interés en todo lo relacionado con México y Veracruz.
Por cierto, Arias Lovillo no desaprovechó la oportunidad para acentuar algunas similitudes entre el Puerto de Veracruz y el Puerto de Le Havre.
Para principiar –indicó-- ambos fueron fundados en el siglo XVI con sólo dos años de diferencia: Le Havre en 1517 y Veracruz en 1519.
La ciudad de Le Havre fue condecorada con la Legión de Honor y nuestra ciudad ha sido nombrada la Cuatro Veces Heroica Veracruz.
Le Havre tiene el sobrenombre de Puerta Oceánica, y Veracruz es la Puerta de México, y ha estado en el centro de grandes episodios de la historia de México.
Pero nuestras coincidencias son muchas más –aseveró Arias—“ambas instituciones (la UV y la Universidad de Le Havre) tienen una vocación humanista y están abiertas al mundo; las dos están comprometidas en la defensa de la universidad pública y la reforma académica para elevar la calidad de la enseñanza; las dos conciben la educación superior como un instrumento esencial y una palanca para el desarrollo social; ambas otorgan relevancia a la defensa del medio ambiente y tienen en marcha programas que dan prueba de ello, y las dos instituciones están abiertas a la diversidad, al multiculturalismo y tienen una vocación internacionalista”.
Pero además, en la UV “no sólo reconocemos la diversidad cultural: la fomentamos y fortalecemos, tendemos puentes de entendimiento y beneficio común; aprovechamos el conocimiento legítimo y útil de las comunidades para enriquecer el corpus universitario, a la vez que distribuimos los conocimientos que la UV genera. Asimismo impulsamos el trabajo interdisciplinario, la formación multidisciplinaria y la aproximación sistemática a la complejidad y la visión holística”.
Y ante los nuevos retos que enfrenta la aldea global, como las crisis económicas, social, ambiental, de sustentabilidad, “los universitarios tenemos el deber de, antes que nadie, aportar a la reflexión y al diálogo para encontrar vías de solución participativas y democráticas”.
Y en ese tenor, agregó: “Las universidades podemos aportar a la construcción de una vía que trate a los jóvenes como ciudadanos capaces de acreditarse a sí mismos como actores sociales; una vía, en suma, que conduzca a una política verdaderamente democrática”.
“Lo que en todo caso no debemos hacer es encerrarnos en nosotros mismos. En una situación como la que vivimos, no podemos ni debemos refundirnos en nuestra casa, en el cubículo o en la caverna. La respuesta debe ser elevar nuestra conciencia social, hacernos más ricos intelectualmente, más incluyentes, más democráticos, más universales, y reconocernos como parte del mundo”, indicó.
Fue entonces cuando el rector de la UV sentenció: “Me uno con firmeza a quienes creen que la mejor forma de enfrentar las crisis es fortaleciendo a la educación, la ciencia y la cultura”.
Nuevamente, la UV brilla más allá de su entorno geográfico. Las ideas y el talento no tienen fronteras. El concepto de universalidad en todo su esplendor.

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