martes, 15 de noviembre de 2011

Un alto en el camino

Ángel Lara Platas

A pesar que la fecha de fundación del Partido de Acción Nacional es anterior a la del PRI -es decir que es más viejo-, su experiencia y madurez no las ocupó para diseñar el proyecto bajo las expectativas de triunfar en las urnas para llegar al poder. Que, finalmente, esta parte es lo que motiva a cualquiera que forma un partido político.
El PAN fue fundado en 1939 por Manuel Gómez Morín, prestigiado abogado y visionario político, con una línea de pensamiento centro humanista y de ideología considerada como de derecha. Pero algo ocurre después de su muerte en 1972, que la jerarquía panista decide mirar de soslayo su legado ideológico y adopta la fácil y cómoda línea discursiva hincada en la crítica y la denostación, con consecuencias, según se ve ahora, casi irreparables.
Sin embargo, cuando ese partido llega a la Presidencia de la República, incongruentemente copia las formas y estilos priistas que tanto reprocharon.
Esto es, los sucesores de Gómez Morín durante más de treinta y cinco años se empeñaron en criticar a los gobiernos priistas como si esta hubiese sido de las actividades la más importante de su proyecto político. Esta actitud los distrajo demasiado y no se dieron el tiempo necesario para diseñar un modelo de país que pudieran aplicar al momento de llegar a la mansión presidencial. Como conformes con la idea de solo ser oposición. Así de sencillo.
Pero da la casualidad que llevan prácticamente doce años al frente del país, y el discurso sigue siendo el mismo de siempre, como que no han reflexionado que ahora el PRI es oposición, que ya no duerme ni come en Los Pinos.
A pesar de ello, desde Vicente Fox han adoptado como deporte favorito echarle la culpa al PRI de todo lo que no le sale bien a los panistas.
Lo curioso es que en ese barrido hacia atrás de las culpas intrusas, se les olvida que también las comparte un connotado panista, José Antonio Lozano Gracia, nombrado por el presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, como Procurador General de la República, donde tuvo un desempeño de claroscuros y de altibajos, en la procuración de la justicia.
Ahora, esto es amnesia pura para los jerarcas de la corbata azul.
Como herencia reservada del anterior presidente, el actual recicla el agotado discurso de los reclamos y reproches, y vuelve a la cargada acusatoria en contra de los miembros del partido de su obsesión: el PRI. El mismo que le quita el sueño y lo altera.
Los 18 años perdidos en la crítica estéril, no solo le han pegado duro al blanquiazul, el golpe ha sido para el país entero.
Durante seis años consecutivos Felipe Calderón ha dicho que el regreso del PRI a la Presidencia sería una regresión. Idea de raíces profundas en su pensamiento. La determinación de Calderón Hinojosa es tan reconocida como la dureza con la que actúa políticamente.
Sin embargo, es momento que el Presidente Calderón Hinojosa haga un alto en el camino. Es necesaria una pausa. Tiene que evaluar junto con los expertos de su gabinete cómo anda el control de daños. Qué se ha perdido y qué se ha ganado. Reflexiones, revisión de esquemas y, si es necesario, replantear la prospectiva de sus planes. No hay de otra.
Hace pocos días muere su segundo Secretario de Gobernación José Francisco Blake Mora. Las circunstancias son un tanto similares a las que circundaron el accidente donde pierde la vida Juan Camilo Mouriño. En ambos casos se da cuando volaban uno a la Ciudad de México y el otro saliendo de ella. La diferencia son tres años pero la coincidencia es el mes número once: noviembre. Uno el cuatro, en 2008, y el otro el once, en 2011.
En los dos casos hay más preguntas que respuestas. A pocos satisface la idea de los bancos de niebla que aparecen en el camino de las aeronaves que luego se ven envueltas en el desastre.
Es altamente preocupante que los pilotos que conducen a altos funcionarios del gobierno federal, no puedan sortear eventualidades naturales.
Como también es preocupante el ruido legal de las declaraciones del Secretario de Comunicaciones y Transportes, al manifestar en conferencia de prensa que su dependencia se encargaría de la investigación del trágico accidente. Nadie le sopló al oído que quien por mandato constitucional investiga es el Ministerio Público y la PGR.
La noticia del lamentable accidente del Secretario de Gobernación, trae a nuestra memoria el desplome de aquel helicóptero en el 2005, donde muere el Secretario de Seguridad Pública Ramón Martín Huerta. La causa: otro maldito banco de niebla.
Como de maleficio. Oficialmente se da a conocer que el Secretario de Educación, Alonso Lujambio, está afectado por algún tipo de cáncer. Y, publicamente también, se difunde que Luisa María Calderón Hinojosa, pierde las elecciones para gobernador de Michoacán.
Por eso, Calderón debe hacer un alto y sentarse con sus colaboradores varios días y varias noches, para ver qué está pasando con el gobierno que comanda y con los principales asuntos de la nación, incluyendo los asesinos bancos de niebla.

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